La Pirámide del Puerto del Escudo, más conocida con Pirámide de los Italianos, es un monumento propiedad del gobierno italiano y fue inaugurado en 1939 para conmemorar la victoria de los fascistas sobre los republicanos en la Guerra Civil española y, sobre todo, a los italianos que murieron en la contienda.
Esta construcción tiene forma piramidal y una altura que asciende hasta los 20 metros. Está forrada con placas calizas y ubicada en la frontera del Valle Valdebezana (Burgos) y Cantabria. Se concibió como un monumento funerario que en su momento acogió a 384 cadáveres de muertos en la guerra. Sin embargo, en 1975, el gobierno italiano decidió exhumar dichos cuerpos, por lo que actualmente es un monumento vacío que sigue honrando a dichos soldados.
El monumento ahora está abandonado, pero su historia no desaparece. En agosto de 1937, la división fascista italiana '23 de marzo' llegó a España tras la invitación del bando sublevado. Su misión era iniciar una ofensiva en el norte de Burgos. Tras una batalla de tres jornadas, avanzaron hacia Santander, con numerosas bajas tras de sí.
Los dirigentes italianos enterraron a sus muertos en cementerios provisionales en toda la zona. Los diseños de este mausoleo empezaron en 1938 y la pirámide finalmente se inauguró en 1939. Dos años después, ya se habían inhumado todos los restos de los muertos en combate.
El apoyo de Mussolini y cómo abordar la memoria histórica
El apoyo en esta batalla fue una muestra más del respaldo de los regímenes fascistas al bando sublevado en la Guerra Civil y que fue tan determinante para que el franquismo finalmente se instalase en España durante cuatro décadas.
Después de la construcción de este monumento, encargado para honrar a los soldados enviados por Benito Mussolini a pelear por el bando contrario a la República, el propio ministro italiano de Asuntos Exteriores y yerno de Mussolini, Pietro Giovanni Bergaminio, viajó e inauguró la pirámide.
Como hemos comentado, los restos fueron exhumados de los cementerios provisionales y trasladados a la pirámide, que contaba con una cripta a la que se podía acceder desde una escalera. El resto fueron sepultados en el terreno que rodea al monumento, con una cruz identificativa sobre el terreno. Ya no quedan restos de dichas cruces, aunque sí se puede localizar alguna en cementerios de la zona, que se han reutilizando para otros fallecidos.
La construcción fue durante más de treinta años cuidada por los italianos, que pagaron a un pastor para que cuidara ella zona, a la que acudían una o dos veces al año los familiares de los soldados caídos durante la Guerra Civil. También se guiaba la visita a aquellas personas que querían conocerla. En una de ellas, un grupo de excombatientes y viudas del Puerto del Escudo tuvieron un accidente poco después de visitar la pirámide, con 11 fallecidos en 1971.
Con la exhumación de los combatientes, la zona perdió el cuidado y la pirámide ha ido cayendo en completo abandono. El debate sobre si el complejo debe ser rehabilitado como un lugar dedicado a la memoria histórica o directamente olvidado siempre ha sobrevolado sobre el ambiente, mientras la pirámide se deteriora con el paso del tiempo.