Una ciudad única en el mundo. Así es una localidad española, que se alza como la única en todo el planeta que está extendida a lo largo de dos placas tectónicas, los enromes fragmentos de los que se compone la litosfera terrestre.
Se trata de Almería. La ciudad andaluza se encuentra entre las placas de Eurasia, a la que pertenece el territorio peninsular en su conjunto, y Africa. Se trata de una singularidad geológica que le diferencia del resto de ciudades en el mundo.
La ciudad cuenta con la isla de Alborán, situada en la parte occidental del Mar Mediterráneo, a 85 kilómetros al sur de la provincia de Almería y más cerca de la costa marroquí. Este lugar cuenta con seísmos frecuentes anualmente, según el Instituto Geológico Nacional, aunque todos son de una magnitud reducida.
El islote es la clave de la transcontinentalidad de Almería, puesto que se encuentra en mitad del camino entre Europa y África. Aunque el ejemplo más representativo de una ciudad repartida entre dos continentes como tal es Estambul, en Turquía, extendida físicamente entre Europa y Asia.
La función de las placas tectónicas
Las placas tectónicas tienen una función muy relevante. Renuevan continuamente la superficie del planeta con sus desplazamientos, algo que además provoca un proceso que resulta fundamental para la vida.
Si las placas tectónicas dejasen de moverse, desaparecerían inmediatamente los grandes desastres naturales, entre los que se incluyen los terremotos, volcanes o maremotos. Además, este suceso también acarrearía un cambio en el planeta que sería catastrófico.