Hay imágenes que conmueven por su propia naturaleza. A veces las palabras sobran y solo con los actos se dice más de lo que de cualquier otra forma se podría contar. Es el caso de Zea Bowling: una niña de convicciones firmes que supo enfrentarse sin aspavientos a un adulto en contra de la intolerancia.
El pasado fin de semana, miles de personas salieron a las calles en Estados Unidos para celebrar la decisión del Tribunal Supremo, que legalizaba el matrimonio entre personas del mismo sexo en todo el país.
Los grupos conservadores de Columbus (Ohio) no recibieron demasiado bien la noticia, tal y como recoge BBC. Es el caso de un predicador cristiano, que acudió hace unos días a uno de los eventos en lo que participaban miembros de la comunidad LGBT. El hombre iba acompañado por otro que portaba un cartel donde podía leer "Jesús salva del infierno". El predicador lanzó consignas religiosas en contra de los homosexuales que asistían al acto.
La pequeña Zea y su bandera
Ninguno esperaba que una niña de siete años plantara cara por inciativa propia al hombre por sus comentarios de carácter homófobo, tal como afirman los asistentes al acto. La pequeña, de nombre Zea, se colocó en silencio frente al predicador y alzó la bandera del arcoíris para que el hombre la viese.
La niña no se inmutó ni cuando el hombre le gritaba "este mundo te dará angustia, divorcio y dolor. Jesucristo viene a redimir a la gente de este mundo". El padre de la pequeña, Ryan Bowling, grabó la insólita escena y colgó las imágenes en la red, que tuvieron una gran repercusión en pocas horas.
De hecho, ha sido tal la fama que la pequeña ha adquirido, que se han empezado a crear camisetas con la foto de la niña sosteniendo la bandera. Una parte de los beneficios que se logren con la venta de las camisetas se destinarán a una organización sin ánimo de lucro.
El triunfo del amor
Bowling y su familia se encontraban ejerciendo como voluntarios en el acto que se celebró en Columbus. Según relata el padre de Zea, el predicador bajó el tono cuando la niña se le acercó, pero no dejó de gritar.
Zea, lejos de acobardarse, siguió en silencio, mirando al hombre sin dejar de sostener la bandera. Mientras tanto, algunos de los que estaban viviendo la escena se dedicaron a felicitar a la niña por su plante.
Ryan Bowling, que indicó que el y su familia acudían con mucha asiduidad a eventos sobre igualdad, cree que la imagen de su hija haciendo frente al predicador se traduce por la victoria del amor.
