No, no es una película de terror psicológico o un capítulo de 'American Horror Story' de Ryan Murphy. Se trata de una historia verdadera como la vida misma. Un joven de 26 años de Honduras se cercenó de raíz sus genitales obligado por unas voces de un hombre y una mujer que escuchaba dentro de su cabeza.
Daniel Escalante Araujo, un joven trabajador, que se encuentra actualmente en el hospital recuperándose de la complicada y difícil cirugía, reconstruye los instantes antes de cortarse el pene y los testículos.
"Tenía que hacerlo, porque cada vez esas voces me hablaban más duro. Decían que debía cortarme mis testículos y el pene para dárselos a mi mamá y a mi padrastro. También me dijeron que si no lo hacía matarían a toda mi familia", como relata el mismo Daniel a La Prensa.
Esquizofrenia: la gran mayoría de los enfermos solo son un peligro para sí mismos, no para el resto
Esas voces son un claro síntoma de la esquizofrenia. Un trastorno psiquiátrico que provoca alucinaciones. Como consecuencia de su enfermedad, los enfermos pueden llegar a oir voces que percibe de manera completamente real. De hecho, el paciente puede llegar a tener dificultades para diferenciar entre lo real y lo imaginario. Una enfermedad que necesita de un tratamiento adecuado por profesionales de la psiquiatría.
El propio Daniel Escalante, a pesar de su estado de salud física y mental, reconoce que necesita ser tratado urgentemente para paliar los episodios denominados por él mismo, como estado de locura. Sin embargo, aunque su familia conocía este problema no pudieron ayudarlo porque no tienen medios económicos para poder pagar un tratamiento adecuado. El gran problema al que se enfrentan muchas familias, también en España: la red sanitaria pública es especialmente deficiente.
El paciente sufre esta enfermedad, de hecho, empezó hace más de cinco años según afirma Daniel. Esas voces que empezaron a retumbar en su cerebro fueron acompañadas por diferentes alucinaciones durante el día y la noche declarando el joven que "todo se ponía peor y no me dejaban dormir". Nadie evitó la catástrofe.
Mientras sigue convaleciente en la cama del Hospital de Occidente, Daniel relata que "sigo oyendo esas voces que me gritan que me haga daño yo solo". Lo que hace agravar más su estado de salud.
Las consecuencias de la automutilación
Tras la operación, el equipo médico del área de cirugía tiene que evaluar con paciencia al joven hondureño. Es un verdadero misterio como se recuperará de sus lesiones o las consecuencias a largo plazo de los mismas. Solo el tiempo dirá si le conlleva una amputación total del miembro por lo que no podría tener relaciones sexuales y, por ende, tener hijos.
La realidad es que el joven se encuentra postrado en una cama del hospital con una sonda en la vejiga para que evacue la orina, tras castrarse él mismo obligado por dos voces que se alojan dentro de su cabeza.
El hecho se produjo en la finca, localizada en Pueblo Nuevo, donde trabaja Daniel Escalante y cuyo jefe, Maximino Vásquez, fue la persona que le socorrió en primer lugar. Mientras veía que su trabajador se comía sus propios testículos como informaron las autoridades.