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Pasa cinco días con un hueso de pollo incrustado en el pulmón sin ser consciente de ello

Un hombre australiano acude a urgencias por un atragantamiento de un hueso de pollo que llevaba cinco días en su interior sin él saberlo.

Atragantarse mientras comes es uno de los accidentes domésticos más comunes de nuestra vida. A veces, la sencilla maniobra de Heimlich ha salvado muchas vidas, aunque, cuando la cosa se pone más grave, es recomendable acudir a Urgencias.

En este caso, un hombre australiano de 78 años de edad, se atragantó con un hueso de pollo mientras comía. Sin embargo, tuvieron que pasar un total de cinco días para que empezara a mostrar los síntomas Cuando acudió al hospital, descubrieron que el hueso se había incrustado en las vías respiratorias, lo que le provocaba dificultad respiratoria, fiebre y un sonido sibilante y agudo con cada respiración.

En el magazine, New England Journal of Medicine, explican que el individuo se acercó a Urgencias tras notar que se había atragantado al comer pollo, ya que notaba molestias en su garganta. La primera exploración en cuello y pecho fue negativa, es decir, los servicios médicos, no encontraron nada extraño. Por lo tanto, fue dado inmediatamente de alta y enviado a su hogar. Los médicos supusieron que su atragantamiento había sido a causa de una bola de carne de pollo que se había deshecho por si sola.

Radiografía del hombre australiano
"Radiografía del hombre australiano"

La prueba de tórax no visibiliza el 80% de los cuerpos extraños

Sin embargo, días después y con los síntomas descritos anteriormente, el hombre tuvo que volver cinco días después. Los médicos, comprobando el historial del paciente, decidieron realizarle un estudio de tomografía computarizada (TAC), el cual arrojó luz sobre la dolencia: un hueso de pollo estaba alojado en su bronquio derecho, la vía que une la tráquea con uno de los pulmones y, por eso, esa dificultad a la hora de respirar. Tras su localización, se le realizó una broncoscopia, para extraerle el hueso.

Realmente, aunque parezca algo fuera de lo normal, esto no es el único caso: En 2013, en Canadá, a una mujer se le descubrió un pequeño hueso en su bronquio después de 22 años; o, en 2017, en Inglaterra, a un hombre, tras 40 años en el interior de su vía aérea se le encontró un cono de juguete. Un caso muy curioso fue el que descubrieron un lápiz de ceraa lo Homer Simpson en el cerebro de una persona. Es decir, hay multitud de ejemplos a lo largo y ancho del mundo.

El retraso en el diagnóstico de estos casos es normal si el objeto en cuestión es demasiado pequeño para producir una obstrucción en las vías respiratorias; dado que las radiografías de tórax, la prueba que normalmente se utiliza para estos casos, no visibiliza el 80% de los cuerpos extraños. Por eso, si los síntomas siguen mostrándose en el paciente lo normal es realizarle un TAC.

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