Cuando pensamos en Marte solemos tender a asociarlo con un planeta rojo, árido, en el que podríamos pensar que hay un clima similar, salvando siempre las distancias, a un desierto.
De hecho, los científicos pensaron que Marte pudo haber sido cálido y húmedo en su pasado, con un clima lo suficientemente cálido como para mantener agua líquida en la superficie durante largos períodos.
Sin embargo, según un artículo publicado en la revista científica Communications Earth and Environment, más recientes indican que Marte probablemente tenía un clima frío, con agua líquida en la superficie presente en forma de lagos y ríos, pero en condiciones más frías.
Gracias a las muestras de suelo que el rover Curiosity ha recolectado durante su misión, un grupo de científicos ha tenido la oportunidad de examinar estos datos detalladamente y compararlos con muestras geológicas similares recogidas en la Tierra. Esto ha permitido a los investigadores realizar una especie de viaje en el tiempo, retrocediendo millones de años para estudiar cómo era la superficie de Marte en el pasado remoto.
¿Cómo era Marte hace millones de años?
Las muestras recolectadas por el rover Curiosity provienen de la región del cráter Gale en Marte y presentan una composición particular que incluye una notable cantidad de sílice y hierro, aunque con una relativa escasez de aluminio.
Dado que los investigadores no pueden analizar directamente las muestras de suelo marciano, han recurrido a muestras terrestres encontradas en Terranova, que tienen características similares. Estas sirven como referencia para entender mejor las propiedades y la composición del terreno en Marte.
En ambos lugares, formaciones con características similares suelen originarse a través de un proceso geológico conocido como serpentinización. Durante este proceso, ciertos minerales sufren una serie de transformaciones químicas y físicas, dando lugar a la formación de una roca específica denominada serpentinita.
Para que la serpentinización pueda llevarse a cabo de manera efectiva, la presencia de agua líquida es imprescindible, lo que ha hecho que los científicos crean que en algún momento del pasado, el cráter Gale pudo haber estado completamente lleno de agua, quizás formando un lago.
Sin embargo, las muestras recogidas carecen de una forma definida, lo que también les ha hecho pensar que el proceso se detuvo debido a las bajas temperaturas.