Las personas de etnia gitana siguen viviendo auténtica situación de discriminación en la Unión Europea, en pleno 2022. Esa es la conclusión a la que ha llegado un nuevo informe de la Unión Europea (UE), que ha aportado datos muy poco esperanzadores sobre la situación de esta comunidad, como que cuenta con una esperanza de vida situada una década inferior al resto de la población.
"La exclusión, las privaciones, la discriminación y el racismo siguen siendo la realidad de demasiados gitanos europeos en su vida cotidiana", denuncia Michael O'Flaherty, director de la Agencia de Derechos Fundamentales (FRA) de la Unión Europea.
El estudio se ha elaborado mediante encuestas realizadas en ocho países comunitarios, a los que se han sumado Serbia y Macedonia, el análisis llega a la conclusión de que la situación "sigue siendo la misma" de la que se reflejaba en 2016: no se han registrado avances desde entonces.
Los datos que ha aportado al FRA indican que los gitanos de la UE, donde viven unos seis millones, viven una media de diez años menos que la población en general. Además, el 80% de ellos sufre riesgo de pobreza, frente al 17% de la población total, aspecto que no ha mejorado desde 2016.
La FRA ha advertido que algunas situaciones se han visto empeoradas ante la llegada de la pandemia, como la relacionada con la educación, además de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, junto a los efectos derivados de la inflación o el aumento del gasto en defensa, lo que puede hacer que se gasten menos fondos en inclusión social.
Los gitanos también han visto empeorada su segregación y discriminación en los colegios, lo que ha derivado en un mayor abandono escolar: de hecho, el número de alumnos sin terminar secundaria es tres veces mayor en este grupo, que representa la mayor minoría étnica de Europa.
Discriminación a diario
Uno de cada cuatro gitanos, una cifra que no se ha movido desde 2016, asegura haberse sentido discriminado en actividades cotidianas como hacer la compra, ir al trabajo o ir al médico. La UE se ha propuesto que la proporción disminuya hasta el 13% en 2030.
Sin embargo, dicha discriminación sí que se ha reducido casi a la mitad, en cuanto a niveles de acoso por motivo de etnia, además de actos de violencia. Se acusa todavía más la caída en denuncias de actos discriminatorios, algo que la FRA explica en la dificultad de acudir a las autoridades competentes debido a la pandemia.
Por otro lado, se registran mejoras en las condiciones de vivienda de esta comunidad. Un 52% de los gitanos, tres veces más que la población general, habita en viviendas oscuras, húmedas, sin baño o sin retrete, nueve puntos menos que en 2016. También ha mejorado su acceso al agua potable: un 22% de los gitanos de Europa vive todavía sin agua corriente dentro de sus viviendas, un porcentaje mucho más alto en Rumanía, Croacia o Hungría, que apenas se sitúa en el 1% en España y República Checa.
Mayor conocimiento de derechos
Mientras tanto, el número de personas gitanas que conocen el acceso a organismos de derechos humanos e igualdad casi se ha duplicado. Se trata de un motivo de optimismo para Ioannis Dimitrakopoulos, responsable interino de la Unidad de Igualdad, Gitanos y Derechos Sociales de la FRA, que indica a EFE que "mientras haya un cambio visible y medible, es posible movilizarse para acelerar la velocidad del cambio".
Dimitrakopoulos también destaca que los jóvenes perciben un mayor sentimiento de discriminación que sus mayores porque tienen un mayor anhelo de conquistas de derechos e igualdad: "Necesitamos que los jóvenes gitanos comprendan mejor sus derechos, y el lugar que les corresponde en la sociedad, y que empiecen a reclamarlo".
Por este motivo, Dimitrakopoulos reclama que la sociedad civil gitana se articule mejor para reclamar sus derechos e invierta en reclamar una mejora en las condiciones de vivienda y, sobre todo, en la creación de una sociedad civil gitana fuerte.