Nos guste más o menos, el Festival de Eurovisión también es geopolítica. Aunque se nos escude todo bajo un festival de canciones creado por y para la unión y relación entre las diferentes naciones de Europa, lo cierto es que un conflicto diplomático o bélico puede afectar directamente al festival.
En los últimos años el gran protagonista de este juego de ajedrez entre naciones lo han protagonizado Ucrania y Rusia. Desde la victoria en 2016 de Jamala con su canción '1944', que precisamente se refería a una invasión rusa en la región de los Tártaros, solo se han desencadenado desplantes al festival por parte de ambas naciones. Al veto ruso en Kiev 2017 se ha sumado esta misma semana un caso parecido con la futura representante ucraniana al festival de Tel Aviv, MARUV.
La joven, nacida en Ucrania, partía como favorita de la final nacional ucraniana, el 'Vidbir', y dio uso a esa condición para ganar la preselección principalmente gracias al televoto. El problema llegaría cuando, una vez finalizada su actuación en la final, Jamala, desde el jurado, interpelaba a la artista con una pregunta clara: "¿Es cierto que la región de Crimea está en Ucrania?"
La joven, sorprendida en el momento, reconocía que "evidentemente" estaba en Ucrania, dejando un episodio en plena gala digno para recordar. Normalmente el jurado ucraniano, donde siempre se suele encontrar a Jamala junto a la representante ucraniana en 2007 Verka Serdushka, es bastante impertinente, pero en esta ocasión parecía que la cuestión viene más de arriba.
OMG, Did Jamala really just do that? ????#Vidbir#Vidbir2019#Eurostb#Maruv#Jamala#Eurovisionpic.twitter.com/kCc1oQ6o9e
— Ron K. (wiwibloggs) (@Ronkesc) 23 de febrero de 2019
"Es un método de validación común"
La polémica no acababa con la pregunta de Jamala. Nada más concluir el 'Vidbir' con la victoria de una MARUV que no solo convencía en Ucrania sino que impactaba a Europa con su 'Siren Song', poco tardaba el vicepresidente ucraniano en lanzar un tweet que levantaba las alamas.
Vice primer ministro ucraniano. Alega que un artista que ha actuado en territorio enemigo no puede representar al país en #Eurovision. Lo de MARUV no está resuelto pues. https://t.co/QoB31mieJg
— Luis Mesa (@luismesacabello) 23 de febrero de 2019
Siendo claro en sus declaraciones, el político declaraba que "una persona que había actuado en territorio enemigo no podía participar en Eurovisión", unas palabras que quedaban confirmadas por la propia televisión ucraniana, la que alegaba que cada año se realiza un método de validación al vencedor de 'Vidbir', y que este año quedaba de momento en suspenso la decisión final.
Con todo esto, Ucrania aún no tiene representante, y la clave para desenquistar el asunto parece residía en que MARUV cancele esa gira en Rusia prevista para este año 2019. La joven en Instagram en principio ha considerado que estas 24 últimas horas han sido "las más emocionales de su vida", decidiendo que su objetivo es "representar a Ucrania y solo a Ucrania" al ser su país. Además, la intérprete afirmaba que desde 2014 no visitaba Crimea, y que estaría dispuesta a cancelar sus conciertos para así acudir a Tel Aviv.
Sin embargo en apenas horas cambia todo, y el giro de acontecimientos ha acabado con la intérprete decidiendo no acudir a Tel Aviv ante tanto lío político.
Rusia al acecho
Como cierre al culebrón de momento, Rusia ha querido redondear la jugada, y según la agencia de noticias rusa RIA, la televisión pública rusa se plantearía ofrecerle la participación de 2020 a la propia MARUV si era vetada por Ucrania este año.
Parece incluso que la propuesta ha debido ser en serio, una vez en el comunicado ofrecido por MARUV la cantante afirma "que ha recibido ofertas de otros tres países para representarles en Eurovisión". ¿Estará Rusia entre ellos?
Finalmente MARUV dio marcha atrás
La televisión ucraniana andaba dispuesta a dar una buena reprimenda a MARUV luego de conocer su pasado. Pese a declarar que desde 2014 no había visitado Crimea, el deseo de revancha del gobierno ucraniano ha llevado a proponerle unas condiciones extremas para acudir a Tel Aviv.
Si bien la cantante parecía volcada con la idea de ir a Eurovisión, las premisas para acudir tanto a ella como a su discrográfica han sido excesivas. Entre ellas, medios rusos indican que en el acuerdo se pondría de inicio una sanción de 65.000 euros a la cantante en caso de inflingir los puntos acordados en el presunto contrato, así como quedarse la televisión pública ucraniana con todos los derechos de la canción.
Consigo, el gobierno ucraniano se guardaría las espaldas controlando sus apariciones en prensa así como su escenografía, la que quedaría medida al milímetro para evitar cualquier escena fuera de lugar. Por último, algunos medios relatan que a la joven se le exigiría hasta renunciar a toda actividad musical en Rusia, hecho muy relacionado con su gira de la próxima primavera.
Ante tales condiciones tan abusivas, es evidente que la respuesta haya sido un no de MARUV a pesar de su ilusión por representar a los ucranianos. El gobierno ucraniano defiende que MARUV no sería una mera cantante, sino una embajadora de la cultura y bandera ucraniana, hechos incompatibles con tener conciertos en Moscú o San Petersburgo en el próximo mes de abril.
Ahora solo queda saber la respuesta tanto de la UER al respecto, ya que el proceso público abierto para el Vidbir ha sido intervenido, así como de la televisión ucraniana, a la que le apremia ya el tiempo para elegir nuevo candidato. Lo más presumible sería que las segundas clasificados del 'Vidbir', la banda Freedom Jazz sean las abanderadas de Ucrania en Tel Aviv.