La calvicie será cosa de pobres o de gente que le guste lucir la cabeza. Así lo asegura Levent Acar, uno de los médicos más importantes de injerto capilar del mundo, y que ha hecho que en los últimos cinco años más de 10.000 personas dejen de ser calvas.
El especialista ha hablado para Público y explica que Estambul, en donde dirige una clínica contra la calvicie, se ha convertido en la meca de los calvos de Europa y de Oriente Medio. Y es que, según Acar, en un fin de semana se puede pasar de tener cero pelo en la cabeza a lucir melena por 2.000 euros, mientras que en las clínicas europeas el precio asciende a los 10.000 euros. De esta manera, Turquía se ha convertido en el segundo país del mundo en donde más injertos capilares se realizan, sólo superado por Estados Unidos.
Y es que la técnica con la que se realiza el injerto, la FUE, ha bajado de precio "hasta hacerse asequible a mucha gente que antes no podía ni soñar con volver a tener pelo", cuenta al mencionado medio Roberto Capomazza, fundador de la empresa MicroFue, que representa al doctor Aca y que trabaja en España, Italia y Sudamérica para llevarle clientes a Turquía.
Boicot contra las clínicas otomanas
Esta técnica la creó el doctor japonés Okuda en 1939 y ahora se ha convertido en la salvación de quienes quieren tener pelo sí o sí pero su genética no les deja. Entre los excalvos más conocidos están Diego Simeone, Berlusconi, Rooney, Rafa Nadal, John Travolta, Nicholas Cage, Íker Casillas, Mel Gibson o el cantante Luis Miguel. Aunque no sabemos en qué clínica se han sometido al injerto, lo que sí podemos decir es que las clínicas españolas están tan molestas con sus competidores turcos que incluso realizan boicots contra sus centros. Un ejemplo es la campaña que ha organizado un grupo de clínicas contra el Colegio de Médicos de Oviedo por prestar sus instalaciones para que un especialista turco pudiese ofrecer una charla sobre la FUE.
La diferencia de precio, según Tamara Sánchez, la gerente del centro In Hair Clinic, no es tan grande: "nuestras tarifas han bajado mucho precisamente por la competencia con Turquía. La diferencia no pasa de los mil euros", asegura. En esta clínica española, el injerto de 3.500 cabellos tiene un precio de 4.550 mientras que en Turquía es de 4.000. Sin embargo, Campomazza pone en duda lo dicho por la gerente ya que asegura que en España puedes ponerte unos 2.500 cabellos por 4.500 euros, por tanto la diferencia no es de mil euros sino de una cantidad mucho mayor.
Y es que según Campomazza las clínicas otomanas tienen mejor calidad que las españolas. "Me gustaría saber si las clínicas de España ofrecen garantía de diez años como hacemos nosotros. Además los médicos turcos tienen una mayor experiencia que los profesionales españoles", sentencia el director de MicroFUE.