No exageramos si decimos que a la gente se le va mucho la olla cuando se le pone por delante una ocasión irrepetible para hacerse una foto, hasta el punto de que los selfies han matado ya a más gente que los ataques por tiburones. Esto es lo que ha ocurrido recientemente en una playa de Santa Teresita, en Argentina, donde un turista encontró una cría de delfín y comenzó a hacerse selfies con ella. Inmediatamente fue rodeado por muchos otros bañistas que también querían su instantánea con el animal.
Los turistas, enloquecidos, comenzaron a pasarse de mano en mano el pequeño mamífero para tenerlo en brazos, acariciarlo y fotografiarse con él. Tal fue su afán por los selfies que no se percataron de las necesidades del delfín y, finalmente, acabó falleciendo en sus manos. Una indignante muerte de un animal que no tenía que haber sido sacado de su hábitat, y menos por los caprichos de las personas que se encontraban en esa playa.
Los delfines tienen una piel muy fina, lo que provoca que su cuerpo se sobrecaliente rápidamente si son sacados fuera del agua, y más si su organismo no está plenamente formado. Por tanto, entre el calor corporal de la masa de gente que se apelotonó alrededor del animal y el sol argentino, que este mes aprieta hasta los 30º C (recordemos que en el hemisferio sur es verano en febrero), la cría de delfín tenía pocas posibilidades de sobrevivir.
Hernan Coria, la persona que compartió estas lamentables imágenes en su Facebook, informó que este era el segundo delfín que aparecía en la playa. El primero habría tenido un final parecido.
Esta cría era un ejemplar de delfín de La Plata, una especie autóctona en estado de vulnerabilidad que se caracteriza por un color castaño grisáceo y un pico y unas aletas más largas de lo habitual. Solo pueden ser encontrados en Argentina, Uruguay y Brasil y la Fundación Vida Silvestre del país ha querido concienciar a la población para que evite este tipo de comportamientos, recordando que solo quedan 30.000 ejemplares en el mundo.
Finalmente los turistas dejaron a la cría de delfín, muerta, en la arena de la playa. Su pequeño cuerpo yacía abandonado mientras unos pocos curiosos todavía se acercaban y tomaban las últimas fotografías del animal, que ya no respiraba. Por desgracia, seguro que no es la última vez que tengamos que lamentar este tipo de episodios.
