El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha vuelto a reafirmarse y ha decidido apoyar nuevamente a los grupos neonazis que organizaron altercados en la ciudad de Charlottesville.
Tal y como ha reconocido, su anterior condena a estos hechos partió de las presiones que había recibido por parte de los asesores de la Casa Blanca, pero según ha afirmado, en ningún caso representan sus ideas.
Para defender a estos grupos, el presidente ha utilizado la vía de responsabilizar a ambos bandos del enfrentamiento, y asegurar que no todos los manifestantes de extrema derecha eran neonaizs.
Además, el presidente ha confirmado que las revindicaciones de los grupos del denominado 'alt-right', es decir, la extrema derecha, son de su agrado y simpatiza con ellos. Las manifestaciones querían condenar la retirada de una estatua del feneral sudista Robert Lee, supremacista blanco.
La manifestación se coronó con un atropello voluntario en contra de la multitud de manifestantes antifascistas que se congregaron en la zona. Durante la rueda de prensa, los periodistas intentaron que condenase los hechos. Trump no lo hizo, si no que llegó a culpar a los antifascistas de la violencia empleada durante la manifestación.
El presidente también ha confirmado que aún no se ha puesto en contacto con las familia de la joven que fue asesinada como consecuencia de este ataque.
El presidente usó esta estrategia y estas palabras para evitar condenar los hehos de manera sutil: "He condenado a los neonazis. He condenado a muchos grupos diferentes. No todos eran neonazis, créanme. No toda esa gente era supremacista blanca, de ningún modo".
Además, ha condenado la política de algunos ayuntamientos que están intentando retirar la imagen de todos los generales que apoyaron a la Confederación, el bando racista que se opuso a Washington durante la Guerra Civil de Estados Unidos. Lo ha hecho usando, precisamente, la imagen del primer presidente del país norteamericano: "esta semana es Robert Lee y esta semana es Stonewall Jackson. ¿El próximo será George Washington? Hay que pensar en ello. ¿Dónde para todo esto?"
Además, en varias ocasiones volvió a culpabilizar a los dos bandos de la violencia empleada durante el suceso: "tenían un grupo a un lado y el otro, y se enfrentaron con palos. Fue desagradable y horrible. Fue algo horrible de ver. Había otro lado. Había un grupo en ese lado, podrías llamarle la izquierda. Atacaron violentamente al otro grupo. Puedes decir lo que quieras, pero es lo que pasó".
"Estoy orgulloso de él por decir la verdad", ha confirmado el líder de la extrema derecha Richard Spencer. Han sido su único apoyo, el del sector más extremista. El resto, tanto demócratas como republicanos no han dudado en condenar de manera tajante.