Los disturbios de Stonewall en 1969 supusieron un punto de inflexión para la comunidad LGTBI. En aquel momento, varios grupos de homosexuales decidieron estallar hartos de las constantes redadas a las que las autoridades sometían a los bares gays.
Gracias a aquellos actos, la comunidad LGTBI comenzó a visibilizarse en la sociedad y a perder el miedo a reclamar todos sus derechos. Fueron varios días de disturbios y enfrentamientos que merecieron la pena y que dieron fecha a la celebración del Orgullo Gay como forma de conmemorar todos estos hechos durante los años venideros.
Por todo ello, el presidente Barack Obama inició los trámites para declarar al bar, la zona verde frente a él y algunos lugares cercanos en el barrio de Greenwich de Nueva York como Monumentos Nacionales en virtud de "reflejar la historia del país, la riqueza, diversidad y el inconfundible espíritu americano que siempre ha definido al país".
Sin embargo, la llegada de Donald Trump podría ser el punto y final a la decisión de Obama. El nuevo presidente ya ha anunciado que firmará una orden ejecutiva para que el Departamento de Interior revise las designaciones de Monumentos Nacionales concedidas en los últimos 21 años.
La nueva iniciativa del presidente implicaría, por tanto, que el Stonewall se pudiese ver afectado, aunque por el momento no se ha señalado qué monumentos se verán afectados por esta orden presidencial. La relación entre el actual mandatario y los colectivos a favor de los derechos de las personas LGTBI no ha sido la más fructífera.
Por ejemplo, en febrero decidió revocar la normativa que permitía a los menores trans elegir qué baño y qué vestuario podían escoger en concordancia con su propia identidad de género.
Algunos de los miembros de su gabinete, como el vicepresidente Mike Pence, se ha mostrado públicamente en contra del matrimonio gay o de leyes que luchen contra la discriminación de las personas homosexuales. Ejerciendo su acta en el Congreso, votó siempre en contra de este tipo de iniciativas.
Por otro lado, Net Gingrich, otro de los miembros de su equipo, llegó a asegurar ante los medios que vivimos bajo la amenaza de "un fascismo gay y secular dispuesto a utilizar la violencia".
Sin embargo, el propio Trump ya ha confirmado que no revertirá la ley del matrimonio homosexual que su antecesor en el cargo, el demócrata Barack Obama, en junio de 2015, a pesar de haberse mostrado fiel a lo que considera como "matrimonio tradicional".