El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y el presidente estadounidense, Donald Trump, han cerrado un acuerdo comercial clave tras su encuentro en la Casa Blanca. Israel eliminará los aranceles sobre productos importados desde Estados Unidos, en un intento por rebajar la tensión bilateral y reducir el déficit comercial.
El gesto se interpreta como un intento de alinearse con la nueva política económica de Trump, centrada en exigir reciprocidad a sus socios internacionales.
Ambos líderes comparecieron de manera informal ante la prensa desde el Despacho Oval, pese a haber cancelado previamente una rueda de prensa programada. Allí, Trump definió la reunión como "muy buena" y adelantó que seguirán negociando acuerdos "justos" con distintos países. Entre ellos mencionó a Japón, que también habría solicitado abrir conversaciones para aliviar la presión arancelaria.
La cercanía con el ministro israelí
El pacto entre Trump y Netanyahu llega en medio de un endurecimiento global de las políticas comerciales lideradas por Washington.
En ese marco, el mandatario republicano reiteró su amenaza a China: si Pekín no retira sus "ridículos aranceles" antes del martes, Estados Unidos impondrá un gravamen adicional del 50%. Trump descartó, además, la posibilidad de retrasar nuevas medidas para el resto del mundo, aunque abrió la puerta a negociaciones bilaterales caso por caso.
Durante su estancia en Washington, Netanyahu también se reunió con el secretario de Comercio, Howard Lutnick, y con el representante comercial, Jamieson Greer. El encuentro, celebrado en la Blair House, fue calificado como "cordial y productivo" por la delegación israelí.
El viaje tiene lugar en un contexto delicado: desde su llegada al poder, Trump ha endurecido su enfoque comercial, imponiendo aranceles globales que en el caso de Israel alcanzaban el 17%.
El control americano sobre Palestina
A nivel geopolítico, Gaza, Irán y la Corte Penal Internacional también ocuparon un lugar destacado en la agenda. Trump se mostró convencido de que "la guerra en Gaza terminará pronto" y reafirmó su intención de que Estados Unidos "controle" el enclave palestino.
También aseguró estar trabajando en la liberación de los rehenes en manos de Hamás, aunque reconoció que será "un proceso largo".
Respecto a Irán, el presidente confirmó que Estados Unidos mantendrá una reunión directa con Teherán este sábado para abordar el programa nuclear. Advirtió que, si las conversaciones fracasan, "Irán estará en gran peligro" y subrayó que no permitirá que el país obtenga un arma nuclear. "Un acuerdo sería preferible", dijo, aunque no aclaró si está dispuesto a flexibilizar su posición.
El encuentro con Netanyahu, además, ha sido el primero de Trump con un jefe de Estado extranjero desde el relanzamiento de su mandato en enero. La reunión, que se produce tras una conversación telefónica con el primer ministro húngaro Viktor Orbán, se inscribe en un contexto internacional complejo.
Orbán, coincidiendo con la visita de Netanyahu a Budapest, anunció la salida de Hungría de la Corte Penal Internacional, que ha emitido una orden de arresto contra el líder israelí por presuntos crímenes en Gaza.