Las elecciones legislativas que finalizan este 7 de noviembre en Estados Unidos ha dejado una estampa inusual, y es que el Partido Demócrata ha arrebatado la mayoría de la Cámara de Representantes al Partido Republicano de Donald Trump. Aún así, el presidente mantiene y refuerza su poder en el Senado.
Así, tras ocho años, los demócratas logran tener la mayoría en la Cámara de Representantes y pueden iniciar un proceso de destitución e impedir más fácilmente las políticas de Trump, pues todas las leyes han de ser aprobadas por ambas cámaras.
Tal y como confirma la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, Trump ha llamado por teléfono tanto a Nancy Pelosi (Partido Demócrata) como a Paul Ryan (Partido Republicano), líderes de ambos partidos en la Cámara de Representantes. Así lo ha confirmado Drew Hammill, jefe de gabinete de Pelosi: "El presidente Trump llamó a la líder Pelosi a las 23.45 esta noche para extender su felicitación por ganar una mayoría demócrata en la cámara. Él reconoció el llamamiento de la líder al bipartidismo en sus comentarios de victoria".
Aunque la oposición tenía esperanza de poder conseguir la mayoría en el Senado, era un logro más difícil, pues, de los 35 escaños que había en juego, 29 eran de ellos. El partido de Trump tenía más opciones de ganar que de perder, pero además, ya que el Partido Demócrata ha perdido algunos estados importantes como Missouri, Tennessee, Dakota del Norte o Texas, ahora el Partido Republicano dispone de una mayoría más holgada.
El partido de Trump, más derechista que nunca
"He salvado el Senado con mi campaña", afirma el presidente de EEUU, que ha logrado movilizar a los estados donde más popular es gracias a su discurso del miedo a la inmigración. "Tremendo éxito esta noche. Gracias a todos", afirmaba en su cuenta de Twitter tras conocer los resultados.
Tremendous success tonight. Thank you to all!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 7 de noviembre de 2018
Parece que gracias a sus debates sobre inmigración ilegal ha logrado mantener su mayoría en el Senado, pero ha perdido votos en la Cámara de Representantes de los republicanos más moderados que preferían centrarse en los logros económicos y en el paro. Entonces se puede considerar que los escaños que tiene el Partido Republicano tras las elecciones legislativas del 7 de noviembre se parecen más a Trump que nunca, al haber perdido a los votantes de centro derecha.
Estos resultados son un reflejo de la situación que vive el país en la actualidad: la Cámara de Representantes es la imagen del país en su conjunto, donde Hillary Clinton ya logró más de tres millones de votos más que Trump en las elecciones de enero de 2017; por otra parte, el Senado tiene un sistema que prima a los estados menos poblados, por lo que los republicanos han tenido ventaja.
Los demócratas no se conforman con los resultados
El Partido Demócrata, a pesar de estar contento con su victoria parcial, no puede dejar de pensar en la derrota de sus candidatos más mediáticos: Beto O'Rourke, el candidato que casi logra que la siempre conservadora Texas tuviera un senador demócrata tras 25 años; o el afroamericano Adrew Gillum, candidato a gobernador de Florida y postulado como el 'nuevo Obama', que también ha perdido en su estado.
A pesar de la mayor representación y fuerza del Partido Demócrata no han logrado conseguir ese rechazo al presidente que tanto querían conseguir.