El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha amenazado a Corea del Norte con un ataque que incluya "un fuego y una furia nunca vistos en el mundo". El régimen estalinista había anuncado la fabricación de una cabeza nuclear reducida que puede ser colocada en uno de sus misiles.
"Más le vale a Corea del Norte no hacer más amenazas a Estados Unidos. Se encontrarán con un fuego y una furia nunca vistos en el mundo", ha asegurado el presidente norteamericano en declaraciones a los medios.
Sus advertencias no han servido de nada. El Ejecutivo norcoreano ya ha respondido con amenazas: advierten de que cuentan con un plan para atacar la isla de Guam, un enclave militar de Washington en el Pacífico. Esta amenaza no es una mera declaración de intenciones, puesto que el régimen ya probó con anterioridad un misil capaz de destrozar parte de Alaska en cuestión de minutos.
Trump considera que todas estas amenazas no pueden quedar sin respuesta ya declarado lo siguiente: "Corea del Norte ha estado haciendo muchas amenazas, más de lo normal [...] se encontrarán con el fuego y la furia y, francamente, un poder de una magnitud tal que nunca se ha visto antes en este mundo", ha asegurado el presidente estadounidense.
Sin embargo, las amenazas de Corea del Norte podrían caer en saco roto. Si quieren atacar con misiles a Estados Unidos, necesitan un armamento que sea capaz de salir de la atmósfera y volver a ella. Se sabe que son capaces de ejecutar el primer punto, pero no de que sean capaces de retornar sin desintegrarse. A pesar de que la propaganda del régimen asegure lo contrario.
Además, Trump no cuenta con el apoyo del que debería ser su principal aliado en este conflicto, Corea del Sur: "No podemos permitirnos otra guerra", aseguró Moon Jae-in en una conversación telefónica con el magnate.
La ONU ha interpuesto nuevas sanciones en contra del régimen, un gesto que para Pyongyang es un acto "terrorista" que calificó de "ilegal", por lo que aseguró que determinaría una respuesta para este hecho. Un argumento propio de la retórica del régimen, que no suele materializarse.
Sin embargo, el Gobierno norcoreano asegura que la hoja de ruta a seguir para atacar la base militar de Guam está completamente trazada y que únicamente falta que el presidente ordene su ejecución. Un aumento de tensión que se produce desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.