La numismática es la disciplina que estudia las monedas y las medallas, principalmente antiguas. Las monedas de euros y céntimo entraron en vigor hace casi 20 años, por lo que todavía no ha pasado el suficiente tiempo para que despierten el interés de los numisátimcáos: pero los coleccionistas sí tienen gran interés por monedas de euro en las que destaque la exclusividad o cualquier posible error.
Las monedas de gran valor tienen varios puntos en común. En principio, destaca el país en el que se han producido y que, por tanto, aparecerá reflejado en la parte posterior de la moneda. Con ello, las acuñadas en Ciudad del Vaticano, el Principado de Mónaco o la República de San Marino son las más codiciadas.
Cabe tener en cuenta que estamos ante países con tamaño y población de poco tamaño, sobre todo en comparación con el resto de naciones del entorno. Este hecho despierta el interés de los coleccionistas, que pueden hacer que el valor del dinero que portamos se multiplique en cuestión de segundos.
Posteriormente, también hay que tener en cuenta los posibles errores que pueda tener la moneda en particular como consecuencia de su fabricación. Este hecho hace que este dinero sea único y su valor pueda dispararse en el mercado.
365 euros por una moneda
La venta de monedas de euro puede hacer que consigamos suculentos beneficios. Por ejemplo, la moneda de un euro que fabricó Portugal en 2008, con un error en el mapa de Europa, al incluir uno desactualizado de la UE. Aquella moneda se ha vendido por 105 euros.
Si el error se une a la producción limitada, el precio se puede disparar. Por ejemplo, una moneda de un euro de Mónaco de 2007, con un error de la inscripción porque obviaba algunas marcas alrededor de la fecha. Se vendió por 365 euros.
Junto a estos casos, cabe recalcar nuevamente que las monedas de países con tamaños más reducidos dentro de la Unión Europea multiplican su valor. Es lo que sucedió con una moneda de Mónaco, de un euro, que fue vendida por 130 euros en 2009.