En más de una ocasión hemos escuchado conceptos como "inteligencia emocional" a la hora de mejorar nuestras interacciones sociales. Pero... ¿habías escuchado alguna vez el concepto "inteligencia sexual"?
Pues sí, existe. Y se trata en realidad de una meta que, a pesar de los cambios que ha experimentado la sociedad, aún no ha conquistado gran parte de la sociedad.
La culpable de todo ello es la visión que aún se mantiene en torno al sexo. Muchas personas aún viven con amplio complejo todo lo relacionado con los deseos o las necesidades sexuales; lo que en ocasiones puede provocar una falta de comunicación en el seno de la pareja.
En psicología, la inteligencia sexual se incluye dentro de nuestra capacidad intelectual, y gracias a ella se determina nuestra dimensión erótica como personas. Sin embargo, puede verse empañada por los prejuicios sociales o las falsas creencias con las que en muchas ocasiones contamos.
Sin embargo, contar con una baja inteligencia sexual no implica que tengamos que permancer de la misma forma el resto de nuestra vida: el buen amante se hace, no nace.
Por ello, primero deberías conocer cómo es una persona sexualmente inteligente. Según te sientas identificado o no, deberías de empezar a tomar cartas en el asunto.
¿Cómo son las personas sexualmente inteligentes?
Hay que comenzar reseñando que la inteligencia sexual no se puede valorar a nivel general, puesto que cada persona debe vivir esta dimensión de su vida como mejor considere. Sin embargo, hay ciertos rasgos que pueden ser comunes:
1. No posee ningún tipo de prejuicio, miedo, tabú, falsas creencias, ni pudor hacia la sexualidad.
2. Disfurta abiertamente de la sexualidad sin remordimientos, se muestra sexualmente activo y se reafirma como un ser sexual. Considera que esta dimensión forma parte de su sexualidad.
3. Ha explorado su cuerpo y conoce cómo puede disfrutar con él. No teme expresar sus deseos y fantasías y conoce todos sus deseos.
4. Mantiene relaciones sexuales satisfactorias y se preocupa por la saisfacción y bienestar de su pareja sexual.
5. No mantiene complejos a la hora de tratar algún tema relacionado con sus sexualidad.
6. Se encuentra en sintonía con sus emociones y pensamientos a la hora de mantener una relación sexual (o de descartarla).
Este último punto es muy importante, ya que se puede terminar creando un fuerte conflicto interior que impida disfrutar de ninguna relación sexual hasta que se solucione.
¿Qué puedo hacer para mejorar mi vida sexual?
Si no cumples con los requisitos que antes hemos formulado, o te sientes lejos de alguno de ellos; no te preocupes. La inteligencia sexual no es lineal ni uniforme: varía a lo largo de nuestra vida al igual que nuestras creencias y pensamientos. Y sí, el desarrollo de nuestras experiencias también tiene mucha relación con todo ello.
Así, lo más importante es comenzar a hablar de sexo con naturalidad, comenzar a experimentar con nuestra sexualidad manteniendo conciencia plena. Un buen consejo para todo ello es probar lencería nueva, comprar un nuevo juguete erótico, leer novela y ver cortometrajes pronográficos, o imaginar y fantasear con historias sexuales.
El objetivo de todo ello es abandonar nuestra zona de confort y la rutina sexual en la que a veces te puedes encontrar inmerso, y encontrar un nuevo mundo de oportunidades que permitan acceder a "una segunda juventud".
Para todo ello, se puede escribir qué cosas queremos experimentar en nuestra vida sexual. Después, deberíamos valorar qué es lo que realmente nos impide alcanzar nuestra meta y qué camino debemos de trazar para alcanzarla.
Eso sí, debemos de deshacernos de todos los complejos que nos están invadiendo y que turban nuestro camino hacia la inteligencia sexual plena. Para ello, debemos de empezar poco a poco a empezar a jugar con nuestro cuerpo, tocarnos, sentirnos, vernos y saborearnos.
Y, sobre todo, comprender que nuestro autoestima muchas veces depende de unos ideales de belleza completamente subjetivos, que no son generalizados. Si nos reconciliamos con nosotros mismos, podemos acceder a un nuevo mundo para el que, mientras tanto, no tenemos la llave.
¿Cuál es tu inteligencia sexual?
Si te ha interesado todo lo que has leído y te has podido sentir, en cierta medida, preocupado; aquí podrás valorar qué nivel de inteligencia sexual tienes.
El psicólogo Antoni Boliches fue el autor de este examen que se adecúa a ambos sexos y diferentes formas de pareja (entre las que también se incluyen las estables o esporádicas).
Si se mantiene una relación estable, es aconsejable que se realice junto a nuestro compañero/a, para poder comentar posteriormente los resultados y mejorar la comunicación sexual. Así, se empieza a crear un clima de confianza mutua y se pone de relieve el problema con el que contamos. Aquí tienes el test:
1. ¿Te sientes libre y muestras disposición para tomar la iniciativa sexual?
2. ¿Hablas libremente con tu pareja sobre sexualidad?
3. ¿Te sientes utilizado/a sexualmente a menudo?
4. ¿Consideras que la mayoría de los contactos sexuales, sean de una noche o con tu pareja de toda la vida, resultan gratificantes para ambos?
5. ¿Mantienes contactos sexuales con la frecuencia que desearías?
6. ¿Crees que tu pareja es demasiado egoísta y solo busca su placer?
7. ¿Después de alcanzar el orgasmo tienes deseo de permanecer al lado de tu pareja?
8. ¿Consideras que tus relaciones son demasiado monótonas o rutinarias?
9. Cuando tienes pensamientos sexuales o practicas la masturbación, ¿te sientes culpable?
10. ¿Consideras que los rituales sexuales que practicas son los que deseas?
11. ¿Aceptas determinadas iniciativas de tu pareja pero después crees que está demasiado liberada?
12. ¿Piensas que la mayoría de la gente tiene una sexualidad más gratificante y plena que la tuya?
Resultados:
Preguntas 1, 2, 4, 5, 7 y 10 cada SÍ suman un punto
Preguntas 3, 6, 8, 9, 11 y 12 cada NO suma un punto
Nivel de inteligencia sexual:
0-2 puntos: Deficiente
3-4 puntos: Insuficiente
5-7 puntos: Aceptable
8-10 puntos: Alto
11-12 puntos: Excelente