El jamón ibérico es uno de nuestros platos más típicos. Pocos pueden resistirse a este manjar, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, habiendo conquistado la cocinas de medio mundo y siendo un gran reclamo de nuestra gastronomía para todos los que vienen a visitar España.
Hay que tener en cuenta, no obstante, que existen diferentes tipos de jamón dependiendo de su gusto u calidad, por lo que es fundamental saber distinguirlos para que no nos den gato por liebre. Por ello, te dejamos algunos trucos para que sepas lo que te están vendiendo.
Información y detalles
Lo primero es saber qué es un jamón ibérico 100%. Este porcentaje hace referencia a su linaje. Un jamón 100% ibérico proviene de un cerdo cuyos progenitores son de raza ibérica, es decir, criados en la Península. Cuando el jamón es 50% ibérico indica que uno de los progenitores no lo es.
Pero la gran diferencia entre un jamón ibérico y un jamón serrano radica principalmente en la alimentación del animal y su crianza. Un cerdo ibérico se cría en las montañas y se alimenta de bellotas básicamente. Mientras que el cerdo ibérico se encuentra únicamente en España, los cerdos que se usan para el jamón serrano pueden ser originarios de cualquier país.
Más allá de la teoría, ¿cómo podemos distinguirlos en la práctica? Visualmente podemos captarlo fijándonos en los siguientes detalles: