La justicia Española da la espalda a nuestro poeta más universal. El Tribunal Constitucional no ha admitido una reclamación para investigar el asesinato y paradero de Federico García Lorca y las tres personas, dos banderilleros y de un maestro de la Republica, que lo acompañaban durante sus últimas horas, en el verano de 1936.
Según recoge Cadena Ser, el Tribunal Constitucional alega que es un asunto que no tiene la trascendencia necesaria para ser examinado. Las familias de los asesinados llevan años solicitando esa investigación con el único objetivo de conocer la verdad de esos crímenes y recuperar, si fuera posible, los restos de las víctimas.
Hasta ahora, todos los órganos judiciales habían rechazado que se investigara dónde están los restos del poeta, de dos banderilleros y de un maestro de la Republica alegando que los posibles culpables ya no están vivos.
La resolución del Tribunal Constitucional va a ser recurrida ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo. El abogado de las familias ha asegurado que "si no es posible obtener una decisión justa en España habrá que acudir a Europa para que sea el Viejo Continente el que reconozca que algo se ha hecho mal".
El asesinato de Lorca
Un mes después de terminar su obra 'La casa de Bernarda Alba', en los comienzos de la Guerra Civil española y con 38 años, moría fusilado Federico García Lorca. El 14 de julio de 1936 se instaló en casa de los padres de su amigo Luis Rosales (poeta de corte falangista), escondiéndose de la situación política que azotaba España. Durante la tarde del 16 de agosto fue detenido por un exdiputado de la CEDA y dos días después, durante la madrugada, acabaron con su vida.
Un informe de 1965 procedente de la Jefatura Superior de Policía de Granada revela que Federico García Lorca fue asesinado y define al poeta como "socialista y masón", a la vez que le atribuye "prácticas de homosexualismo". El informe policial afirma que el poeta "fue sacado del Gobierno Civil por fuerzas dependientes del mismo y conducido en un coche al término de Viznar (Granada) y en las inmediaciones del lugar conocido como Fuente Grande, junto a otro detenido cuyas circunstancias personales se desconocen, fue pasado por las armas después de haber confesado". Además, revela que fue "enterrado en aquel paraje, muy a flor de tierra, en un barranco situado a unos dos kilómetros a la derecha de Fuente Grande, en un lugar que se hace muy difícil de localizar".