La reforma del Tribunal Constitucional (TC) ha quedado paralizada. Esta renovación había venido impulsada por el Gobierno pero ha quedado detenida a causa de un recurso de amparo impuesto desde el PP, paralizando la votación de las enmiendas aprobadas la semana pasada en el Senado.
Según el PP, esta reforma atacaba directamente a sus derechos políticos y argumenta que no se puede enmendar la Ley Órganica del Poder Judicial a través de otra ley con la que no tiene conexión alguna. Este recurso se había tratado de realizar en otras ocasiones, pero en ellas el TC había actuado y las había censurado.
Lo característico de esta decisión es que se trata de la primera vez que ocurre. En los procedimientos normales en los que actúa el Constitucional, la norma es revisada una vez aprobada en las Cortes Generales, pero en este caso se ha desestimado antes si quiera de ser votada, con seis votos en contra y cinco a favor. De los seis votos en contra, dos eran de los magistrados que iban a ser expulsados del TC, algo que no está permitido por la ley.
La razón por la que el Gobierno, formado por el PSOE y por Unidas Podemos, había sacado esta reforma era para tramitar la renovación de dos magistrados conservadores (Pedro Gónzalez-Trevijano y Antonio Narváez), cuyo puesto en el TC lleva caducado desde junio. De esta manera, tras su salida, entrarían dos propuestos por el Gobierno (Juan Carlos Campo y Laura Díez). Ahora, tras la paralización de la votación, este cambio queda detenido.
Esta votación ocurría tras un encontronazo de los magistrados progresistas con el resto de los que componen el TC. Habían pedido mas tiempo para poder analizar la documentación y votar el lunes. Los conservadores llegaron a la reunión de todos los integrantes con la decisión de paralizar la reforma, a lo que los cinco que votarían a favor más adelante les recomendaron esperar a que saliera adelante para poder analizarla. Finalmente, esta espera no llegaría y se tiraría la reforma sin ni siquiera haber salido.
Las reacciones no han tardado en llegar. "El ala derecha del Tribunal Constitucional impide una votación democrática en la sede de la soberanía popular", comentaba Ione Belarra, secretaria general de Podemos, en su cuenta de Twitter.
El ala derecha del Tribunal Constitucional impide una votación democrática en la sede de la soberanía popular. La derecha política, mediática y judicial consuma un golpe sin precedentes a la democracia. Toca demostrar que los y las demócratas somos más.
— Ione Belarra (@ionebelarra) December 19, 2022
El líder de Más País Íñigo Errejón decía: "Los dos magistrados del Tribunal Constitucional con el mandato caducado votan en contra de su propia recusación. La imparcialidad de quien es juez y parte. Vergonzoso".
Los dos magistrados del Tribunal Constitucional con el mandato caducado votan en contra de su propia recusación. La imparcialidad de quien es juez y parte. Vergonzoso.
— Íñigo Errejón (@ierrejon) December 19, 2022
A través de un comunicado oficial, el Tribunal Constitucional alega que la mayoría conservadora que ha votado en contra ha entendido que la vulneración de los derechos fundamentales que se ha dado al tramitar la enmienda del Gobierno no es "verosímil", debido a que con anterioridad ya se aclaró que dicha enmienda debe de venir relacionada con la ley que se va a modificar. El TC también comenta que la enmienda del Partido Popular es de "especial transcendencia constitucional" y que es de "relevante y general repercusión" social y política.
Y ahora, ¿qué?
La Fiscalía cuenta con 10 días para decidir si la medida debe de mantenerse o, por el contrario, levantarse y seguir con la votación de la reforma. El Congreso cuenta con los mismos días para enviar toda la documentación. A parte, el Consejo General del Poder Judicial se reunirá en un pleno extraordinario para poder imponer a sus candidatos al TC por encima de los propuestos desde el Gobierno.
Actualmente, los conservadores solo requieren de un voto del grupo contrario para que se aprueben las designaciones, algo que temen desde el Ejecutivo. De todas maneras, no hay casi opciones de que algún magistrado de su ala se pase al lado contrario y le de su voto a los conservadores.