El cinco veces campeón del mundo de triatlón, Javier Gómez Noya, ha anunciado este jueves a través de un comunicado de su equipo que no podrá asistir a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro por una fractura en brazo izquierdo de la que tendrá que ser intervenido ese mismo día. Sin duda, una mala noticia personal pero también para el deporte español.
Según indica el comunicado, la rotura se produjo al finalizar el entrenamiento este mismo miércoles, prácticamente cuando el deportista ya se encontraba parado. Tras acusar un fuerte dolor en el brazo izquierdo como consecuencia del impacto, acudió al hospital donde las radiografías mostraron una fractura con desplazamiento de la cabeza del radio. Por tanto, la recuperación de la operación quirúrgica prevista para este mismo jueves hacen imposible su asistencia en los Juegos de Brasil.
El mismo Gómez Noya ha lamentado la noticia y lo que esto significa, calificándola como el momento más duro de su carrera: "Es difícil de entender cómo repentinamente se van todo el esfuerzo e ilusión que he puesto en los Juegos Olímpicos. Puede que sea el momento más duro de mi vida deportiva. Pero no me queda más remedio que asumirlo y pensar en tener una buena y rápida rehabilitación".
Noya, Premio Princesa de Asturias de los Deportes este mismo año, ganó en Londres 2012 la medalla de plata y ha ganado cinco campeonatos mundiales y cuatro europeos, entrando en el pódium un total de 16 veces en estas competiciones. Era posiblemente una apuesta segura para el medallero español de Río que no podrá ser esta vez.
'Bienvenidos al infierno': El recibimiento de los policías en Río de Janeiro
Los Juegos de este año siguen su curso con una organización más inestable que nunca, en las que serán las primeras olimpiadas celebradas en Latinoamérica. Hace unos días saltaban a los medios que los policías y bomberos de Río de Janeiro están llevado a cabo fuertes huelgas y protestas por sus condiciones laborales, ya que llevan meses sin recibir su salario.
De este modo, han organizado manifestaciones en las terminales de llegada del aeropuerto, donde reciben a los turistas con pancartas que dicen 'Bienvenidos al infierno' y les advierten que, debido a su situación, no pueden garantizar la seguridad de quienes acudan a Río de Janeiro en estos momentos. A este problema se suma el virus del Zika, un temor por el que ya han mostrado su preocupación muchos atletas e incluso han planteado la posibilidad de no acudir a la cita olímpica.