Un aumento de la temperatura global de 3 y 4 grados a finales de siglo provocaría la muerte por altas temperaturas de unas 2,3 millones de personas en Europa, según un estudio publicado por la revista Nature Medicine, . El trabajo ha usado como objeto de estudio 854 zonas urbanas de 30 países europeos para obtener sus resultados.
Para la investigación, se han tenido en cuenta tres escenarios posibles de temperatura: uno en el que se cumple el Acuerdo de París de lucha contra el cambio climático y la temperatura global no sube más de 2 grados a finales de siglo; otro en el que sube entre 2 y 3 grados; y el último, en el que ascendería entre 3 y 4 grados, siendo este tercero al que nos dirigimos según el nivel de nuestras emisiones.
"Hemos tenido en cuenta las variables que relacionan temperatura y mortalidad en los últimos 20 años y las hemos analizado con 19 modelos climáticos en los tres escenarios de temperatura citados", ha explicado Veronika Huber, una bióloga detrás del estudio.
Barcelona en cabeza dentro de las ciudades más afectadas en el estudio
Barcelona se encuentra en la primera posición dentro de las ciudades europeas con mayor riesgo de muertes en el caso de que ascendiesen las temperaturas a finales de siglo, contando con 246.082 fallecimientos entre sus habitantes, según los investigadores.
La ciudad condal aparece seguida de Roma y Nápoles, y en cuarta posición se encuentra Madrid con 129.716 muertes. En quinta y sexta posición están las ciudades de Milán y Atenas respectivamente y Valencia es la séptima posición con 67.519.
Actualmente en Europa se produce una muerte debido al calor por cada diez por frío, pero el cambio climático está cambiando esto: "Aunque las muertes por frío disminuyan si aumenta la temperatura global, el balance seguiría siendo muy negativo porque las muertes adicionales por calor se incrementarían muchísimo y superarían los dos millones", añade Huber.
No toda la esperanza está perdida, en uno de los casos que se realizaron en el estudio se redujeron las muertes hasta en un 70% gracias al cumplimiento del Acuerdo de París. El elemento principal para cumplir esta situación es la reducción drástica de las emisiones ya que, aunque las ciudades se pueden adaptar a las nuevas condiciones, realizar únicamente esta acción no sería suficiente para la reducción de las muertes por el aumento de la temperatura.
"Quienes niegan la gravedad del cambio climático suelen decir que el hecho de que haga más calor puede ser beneficioso. Nuestro estudio demuestra que sus argumentos no tienen sentido, aunque baje la mortalidad relacionada con el frío, las muertes adicionales por calor subirían tanto que no habría compensación", reafirmaba Veronika Huber.
En el caso de ciudades de las zonas escandinavas o del norte de Europa con temperaturas menores, las muertes descenderían pero, en la globalidad de Europa, se alcanzarían los 2,3 millones de muertes anunciadas en el estudio.