Alejandro Alonso y Jesús Ramírez son los dos jóvenes que han sido condenados a tres años de prisión por una agresión homófoba realizada hace un año en un bar de copas de Gijón. Así lo ha dictado el juzgado de lo Penal número 1 de la ciudad asturiana y se trata de una de las pocas condenas que llevan el agravante de delito de odio homofóbo en nuestro país.
Los hechos se remontan a 2015, cuando los acusados agredieron al joven denunciante causándole heridas, hematomas y una rotura de mandíbula. Los agresores se defendieron en el juzgado explicando que "coincidimos fuera de un bar. No lo conocía de nada pero ahí ya noté las miradas". Más tarde, "cuando fuimos al baño me tocó el culo, intentó ligar conmigo y le agredí". En su defensa indicó que simplemente reaccionó mal pero que no es homófobo, y pidió perdón.
Sin embargo, la versión del agredido es totalmente diferente a la del acusado, pues explica que "iba con una amiga, nos preguntaron si éramos novios y yo dije que no, que ella llevaba 15 años con su novio y que yo era maricón", lo cual desencadenó la paliza, tal y como muestran las cámaras del bar de copas. De este modo, el juez ha dictado sentencia a favor del agredido, añadiendo que se trató, tal y como indicaba la denuncia, de una agresión con "agravante de odio homosexual". Los agresores, que ya tenían antecedentes por altercados en otros bares, han sido también condenados a pagar una indemnización de 18.565,48 euros dadas las importantes secuelas que quedan en la mandíbula de la víctima, según constató el médico forense del caso.
No obstante, el denunciante lamenta que, a pesar de no haber tenido nunca ningún problema por su orientación sexual, se tenga que encontrar con esta clase de conflictos cuando ya tiene 30 años. "Desde que me agredieron no me atrevo ni a darle un beso a un chico por la calle", confiesa.
Una sentencia ejemplarizante en un año lleno de odio
La organización STOPLGTBTfobia ha celebrado esta sentencia por considerarla "ejemplar", ya que es una de las pocas que llevan consigo la aplicación del delito de odio por orientación o género como agravante, según informa Shangay. A pesar de tratarse de una denuncia anterior a la entrada en vigor del nuevo Código Penal, sí que se le ha aplicado dicho agravante. Se espera que las agresiones homófobas sean castigadas con mayor dureza que en años pasados, cuando salía "muy barato o incluso gratis agredir e insultar a una persona LGTB en España", según indica Paco Ramírez, director de la organización. "Es necesaria la aprobación de un Protocolo específico de Actuación judicial en casos que afecten a personas LGTB y otras minorías objeto de odio", concluye.
La sentencia resulta del todo necesaria en un año que se está cobrando múltiples víctimas de odio homófobo, entre las que destacan las del atentado en Orlando que se cobró la vida de 50 personas. Con esta noticia la semana del Orgullo LGTB resultó ser más necesaria que nunca.