El pasado 22 de septiembre, tres personas fueron arrojadas desde una furgoneta en la A-380, la autovía que une Jerez de la Frontera y Sanlúcar de Barrameda. Una de ellas ha fallecido, y las otras dos se encuentran en la UCI, donde se debaten entre la vida y la muerte.
Unos días después de lo ocurrido, El Español ha arrojado luz a lo ocurrido. Según este diario, los tres hombres que fueron lanzados desde la furgoneta Ford Transit Blanca, eran tres amigos de la localidad de Chipiona (Cádiz).
Uno de ellos, Manuel Jurado Ruiz, de 39 años falleció a causa de numerosas contusiones y, al menos, una profunda puñalada en el pecho. Es la única víctima mortal, pues los otros dos hombres se debaten entre la vida y la muerte.
Como informan desde el diario, ambos presentan cuadros clínicos "muy graves" ya que tienen "el cráneo roto" y "numerosos golpes violentos" por todo el cuerpo. Fuentes de la investigación que lleva a cabo la Guardia Civil de Cádiz aseguran que los autores de las heridas "se ensañaron" con ellos.
Robo de hachís
Según la información de El Español, la tortura de estos tres hombres está relacionada con el narcotráfico. Al parecer, robaron la droga a peligrosos narcotraficantes franceses. Aunque algunas hipótesis no descartan que se trate de un ajuste de cuentas, la del robo de la droga, es la principal hipótesis que manejan en el Instituto Armado.
En el argot del narco, los tres amigos fueron víctimas de un 'vuelco', cada vez más frecuentes y más violentos dentro del mercado ilegal del tráfico de drogas en el sur de España.
La investigación por la muerte de Manuel Jurado y las agresiones a sus amigos continúa bajo secreto. Se espera que las cinco personas detenidas en relación al suceso, una banda de cuatro franceses y un marroquí, pasen a disposición judicial mañana, cuando expire el plazo de 72 horas que pueden pasar detenidos en los calabozos.
