La comida enlatada, sin duda, es la mejor herramienta para salir de un apuro o para esos momentos en los que no nos apetece lanzarnos a la cocina. Suelen tener una fecha de caducidad alta, ayuda a que la comida se conserve durante más tiempo y aguante bajo ciertas condiciones. Sin embargo, es recomendable evitar ciertos enlatados.
A los problemas como el colesterol o diabetes, se pueden sumar otro tipo de compuestos que pueden derivar en problemas realmente graves. Estas son las recomendaciones para ser consciente de lo que comemos.
Latas de atún, tomate y sopas
Los envases de las latas de atún normalmente suelen estar fabricadas con mercurio, lo que puede tener ciertos efectos adversos en nuestra salud. Su consumo demasiado habitual puede dañar nuestro sistema nervioso. Las embarazadas deberían evitarlas durante el embarazo. También hay que incluir las sopas enlatadas, ya que también pueden tener ciertos riesgos dado las sustancias químicas añadidas que pueden provocar arritmias y palpitaciones.
El tomate enlatado es otra lata que se debería evitar consumir con cierta asiduidad. Estos botes suelen tener una sustancia presente en los envases que es tóxica: el bisfenol A. Esta puede tiene ciertos efectos nocivos para nuestra salud. Su consumo de una manera muy cotidiana puede traer como consecuencia: infertilidad, más posibilidad de la aparición de ciertos cánceres o problemas en el sistema nervioso, según explica en El Plural.