El pasado martes 12 de noviembre tuvo lugar la primera sesión del juicio en la que José Enrique Abuín declararó tras el asesinato y la presunta violación a Diana Quer en 2016. La sesión diseccionó por completo la vida sexual que tuviera Abuín y el modo que tenía de tratar a las mujeres, según todas sus víctimas.
Destacó la aparición de su ex mujer, Rosario Rodríguez Fraga, que irrumpió en el salón de de los juzgados de Santiago de Compostela con un look y una actitud completamente diferentes. Cabeza elevada, alta, arreglada, con ropa elegante y sin mirar ni una vez al que en algún momento fue su marido, Rosario declaró para intentar dispersar dudas y aclarar lo que ocurrió respecto al asesinato de Quer.
Una relación destinada al fracaso
"Él era consciente de que nuestra relación iba a pique aquel verano, que ya no estábamos bien. Que todo iba a caer sí o sí", declaró ella. Explicó cómo era su nueva vida, divorciada completamente del acusado. "José Enrique no es violento, violento, pero se alteraba con facilidad", aclaró. Asimismo admitió la inquietud que le inundaba cada vez que veía el caso de Diana en las noticias y cómo comenzó a sospechar de su marido: "Desde el primer momento le exigí la verdad. Yo le pregunté muchas veces si sabía algo de esa chavala. Pero me dijo siempre que no. Entonces me enteré por una llamada que hice a los padres de Enrique y me dijo su madre que en televisión estaba saliendo mi casa y la de mi hija. Me cabreé y dije toda la verdad".
Durante la sesión se definió cómo actuaba José Enrique Abuín: cómo acechaba a las mujeres, las abordaba al volante de su Alfa Romeo, las esperaba en las puertas de los institutos, visitaba clubs de alterne... Y también se definió cómo eran todas aquellas mujeres a las que solía abordar: altas, delgadas y morenas.
Rosario comentó cómo empezaron la relación, cuando ella tenía solo 14 años. Durante su relato 'El Chicle' no se atrevió a mirarla y se limitó a negar de vez en cuando con la cabeza, apoyándola sobre sus manos, que todavía lucían la alianza.
Violación a su cuñada
Todos los familiares tuvieron que contar cómo gestionaron el presunto delito. Vanesa, la cuñada, declaró que era algo que nunca podría olvidar. También admitió que todos creyeron lo que contaba desde un principio, excepto Rosario, que acababa de comenzar su relación con 'El Chicle'. "Más tarde retomé la relación con ellos por la niña, más que nada. Luego me fui de casa porque estaba embarazada y estaba ya con mi pareja. Y los sábados veía a Enrique Abuín en casa de mis padres, cuando íbamos a comer", declaró Vanesa. Indicó, además, que fue su madre la que la acompañó a denunciarlo. En aquellos momentos, Abuín despierta y deja a un lado su anterior inmovilidad, negando continuamente, sin mirar a su cuñada y sin levantar la vista del escritorio.
Los testimonios continúan, todos ellos similares. La sesión se cerró, y algunas víctimas se fundieron en un abrazo con Valeria, la hermana de Diana Quer, que había corrido a buscarlas. Rosario, por su parte, ha sabido recuperarse y salir del bache. Ha aparecido más segura, con una imagen completamente diferente y sin miedo a declarar.
