La localidad de Medinaceli (Soria) ha organizado los denominados festejos del Toro Jubilo, a los que han acudido más de 2.000 personas. El evento se ha realizado en mitad de controles policiales y fuertes protestas de los grupos animalistas, especialmente PACMA, que habían mostrado su rechazo a este evento y habían presentado un recurso que ha sido rechazado por la Justicia.
PACMA buscaba la suspensión cautelar de este evento para "evitar que se repita la muerte del animal en la última celebración del festejo". Este partido ha reclamado la regulación del espectáculo del Toro Jubilo de una forma similar a la realizada con el Torneo del Toro de la Vega en 2022.
La formación animalista denunciaba haber encontrado posibles "irregularidades similares a las que detectó en relación al famoso y polémico torneo de Tordesillas, y que implicarían, igualmente, que el espectáculo llevara años celebrándose de manera ilegal".
Este torneo es el único espectáculo con fuego que emplea a toros en Castilla y León, al estilo de toros embolados, muy populares en Cataluña o Valencia. Finalmente, el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 1 de Soria rechazó las medidas cautelares solicitadas por PACMA y ha permitido llevar a cabo el espectáculo.
Celebración entre protestas
La celebración del Toro Jubilo se ha llevado a cabo entre protestas de PACMA, que se ha concentrado en la plaza Mayor de la localidad para reclamar el final de este espectáculo. La legislación autonómica exige el sacrificio de todas las reses empleadas en los espectáculos taurinos, pero como excepción a esta norma, se ha indultado a los toros que han participado.
Este tipo de espectáculos consisten en atar al toro a un poste, al que se sujeta un armazón y colocan unas bolas impregnadas con líquido inflamable en las astas para prenderle fuego. Además, embadurnan a los toros con barro para su protección. Después, los mozos lo tientan en el coso.