Hace unos días, el productor de cine porno, Torbe, estuvo en el eje de la polémica porque aseveró que todo lo que estaba pasando con los acusados de una violación en los San Fermines era algo menos que un despropósito. Según él, no había tenido lugar ninguna violación, sino que la mujer se estaba vengando mediante una denuncia.
Pero ha tardado muy poco en desdecirse y explicar que lo que sucedió es que él no tenía los datos suficientes como para, efectivamente, afirmar que era una violación. Que le faltaba contexto. Fue leer la noticia completa y ver que la chica había bebido mucho lo que le hizo cambiar de opinión. "Me ha cambiado mucho el punto de vista que tenía al descubrir que esa chica iba borracha", argumenta en el nuevo vídeo que ha subido a YouTube.
Ahora, Torbe asegura lo siguiente: "Lo que aquí posiblemente pudo ocurrir es que estos tíos iban a por borrachas, o quedaban con chicas que estaban ya muy mal, les daban más alcohol... Y al final buscaban cualquier lado para follar, que es lo que hacen los miserables", ha explicado.
No afirma tajantemente que sea una violación, sino que explica que cree que pudo serlo. Ha estado informándose y, al parecer, ahora sí comprende todo el revuelo que ha habido en las redes sociales, y comprende que se haya criticado tanto que el juez no haya aceptado algunas pruebas. "Rectificar es de sabios", argumenta.
Si bien es cierto que rectificar es de sabios, también es verdad que con su primer vídeo provocó una gran cantidad de comentarios machistas; no son directamente responsabilidad suya, pero sí tiene bastante que ver con ellos. "Reconozco la cagada de hablar aquí sin saber (...) de un tema tan complicado", ha explicado.
Torbe lo ha comprendido: los violadores no siempre son feos
Las excusas que puso a la hora de defender a los acusados fue señalar que tres de ellos eran guapos, y que dos de ellos ocupaban un puesto de poder. "Como si es astronauta (...) dos personas que supuestamente velan por el bienestar de esta sociedad, eso no les exime", ha rectificado, refiriéndose tanto al Guardia Civil como al militar.
"Puede ser un violador un tío que sea guapo", se retracta Torbe. "Si el tío está mal de la cabeza, ya puede ser guapo o feo". Por lo menos ha comprendido parte de lo que se le ha intentado explicar, y es que poco tiene que ver que un hombre sea feo o guapo con el hecho de que viole. Le falta terminar de entender que lo que lleva a un hombre a violar no es estar mal de la cabeza, sino sentirse con poder suficiente como para acabar ejerciéndolo sobre una mujer.
Eso sí, ahora dice entender "perfectamente a las feministas que se alteren cuando el juez no ha admitido todas esas pruebas que, supuestamente, son muy importantes". En esta ocasión no ha hablado de feminazis, sino de feministas, sin etiquetas peyorativas.
