El buque Ángeles Alvariño del Instituto Español de Oceanografía ya ha abandonado Tenerife. Antes de llegar a su base en el puerto de Vigo, hará una parada en Cádiz para desmontarán el robot submarino Liropus con el que han estado rastreando el fondo para localizar los cuerpos de Tomás Gimeno y sus hijas Olivia y Anna.
Los expertos han recorrido una y otra vez el trayecto que el padre hizo con su barca el 27 de abril después de matar a sus hijas y arrojar sus cuerpos al mar, de unos 60 kilómetros. Consiguieron recuperar el cuerpo de la mayor de las niñas, Olivia, en una zona de mil metros de profundidad, pero ha sido imposible dar con Anna y Gimeno.
No continuará la búsqueda. La jueza encargada del caso ha concluido que es "imposible", algo que también ha confirmado el ingeniero que dirige la operación catalogándolo como "completamente inabordable". José Cubeiro, el jefe y coordinador del equipo de expertos que manejan el Liropus 2000, también ha reconocido que las posibilidades de encontrar a Anna y su progenitor son mínimas y "el Liropus está al borde del colapso".
En las últimas semanas la búsqueda se ha centrado en la zona en la que el padre había estado parado, hablando por teléfono y enviando mensajes antes de dejar de emitir señal. Aunque faltaría por comprobar el resto del recorrido que hizo la embarcación antes del amanecer, una distancia de aproximadamente 14 kilómetros, los investigadores de la Guardia Civil consideran esclarecidos los hechos: Tomás Gimeno también hundió a Anna en el mar como hizo con Olivia y después él hizo lo mismo ayudado de un cinturón de plomos.
Por la reforma del Código Civil
A pesar de esta es la conclusión principal, sigue vigente la orden de búsqueda internacional para Tomás Gimeno, imputado por un delito de doble homicidio. Y es que por el momento no puede ser declarado fallecido, algo para lo que habrá que esperar un poco.
Antes, la ley estipulaba que el tiempo mínimo que tenía que transcurrir para poder certificar la muerte de una persona era de diez años. Pero una reforma del Código Civil introdujo algunos cambios para determinados casos. En los artículos 193 y 194 del Código Civil establece que "cumplido un año, contado de fecha a fecha, de un riesgo inminente de muerte por causa de violencia contra la vida" o para aquellas personas que se encuentren "a bordo de una nave naufragada o desaparecidos por inmersión en el mar", se considerará que han fallecido si no se ha tenido noticia de ellos o si se encuentran restos humanos que podrían corresponder con la misma, sin poder ser identificados.
Se añade, además, que "los plazos expresados se computarán desde la expiración del año natural en que se tuvieron las últimas noticias, o, en su defecto, del en que ocurrió la desaparición. Es decir, Tomás Gimeno no sería declarado muerto hasta finales de 2022.