Cuenta la abogada Ayelet Waldman en su libro 'Qué día más bueno' las propiedades beneficiosas que tiene tomar LSD en pequeñas dosis. De hecho, ella misma explica su propia experiencia con esta sustancia: "Esta mañana he tomado LSD. No me siento unida trascendentalmente con el universo ni con la divinidad. Al contrario. Estoy Normal. Bueno, salvo por una cosa: me siento satisfecha y relajada".
Y es que el LSD -dietilamida de ácido lisérgico-, en pequeñas dosis, puede dotarle a todos del 'poder' de ser una persona completamente normal y no ir viendo dragones por las esquinas. Y, por supuesto, rendir mejor en las teares del día a día. ¿Sorprendido?
Todo con responsabilidad puede tener beneficios. Como hemos dicho, tomarla en dosis altas puede llevar a sufrir alucinaciones y es que en términos científicos altera la percepción, el estado de ánimo y una serie de procesos cognitivos. Pero según cuenta Ayelet Waldman, las microdosis que ella toma no tienen esos efectos.
¿Qué efectos tienen estas microdosis?
Tomando la cantidad que Waldman introduce en su organismo todos los días, los efectos que esto produce son un aumento de la concentración, la energía y la creatividad. Todo lo contrario que si te metes un buen empacho de LSD. Estas microdosis no pueden superar los 10 microgramos, o lo que es lo mismo, "la quinceava parte de una pestaña mientras que para un viaje con alucinaciones se deben consumir unos 100 o 150 microgramos", revela Código Nuevo.
En septiembre de 2018, el Imperial College de Londres junto a la Fundación Beckeley lanzaron un ensayo sobre esta práctica de las microdosis. En este se preguntaban si el desarrollo congnitivo mejoraba o si meramente podría tener un efecto placebo. En él, utilizaron técnicas de escaneo cerebral para comprobar como altera el cerebro la toma de LSD. Estos estudias demostraron que una microdosis de LSD hace como una especie de 'desorganización' en la actividad del cerebro, lo cual le permite actuar de una forma más libre y menos restringida de lo normal.