La prensa francesa llevaba más de una semana con el 'runrún' y ya se puede confirmar: Tom Leeb será el representante francés en Rotterdam. Tras dos temporadas donde la France 2 optaba por su preselección 'Destination Eurovision', la que no consiguió alcanzar el top-10, los galos vuelven a la senda de las elecciones internas de la mano de Leeb, un artista más conocido por sus padres que por su carrera musical, la que apenas comenzó allá por 2018.
Y es que Francia no anda cosechando sus mejores resultados en Eurovisión recientemente. Pese a ofrecer un nivel musical bastante alto en sus preselecciones los dos últimos años, un decimosexto puesto con Bilal Hassani en Tel Aviv y un bastante decepcionante decimotercero con Madame Monsieur en Lisboa han llevado a acometer cambios de calado en la delegación y su método de elección.
Con todos estos cambios, los galos apuestan por un Tom Leeb del que apenas conocemos que será el representante, sin aún desvelar fecha de salida de la canción que defenderá en el Rotterdam Ahoy.
De cómico a cantante
Tom Leeb, de treinta años, nace en el seno de una familia ilustre en Francia. Hijo del humorista Michael Leeb y la periodista Béatrice Malicet, pese a su juventud ha desarrollado una carrera bastante polifacética.
Si bien en la música habría que esperar hasta 2018 para oírle un single y al año siguiente para ver publicado su primer trabajo discográfico, en el camino lo hemos visto en películas, montando un dúo cómico o en el mundo del teatro junto a su padre. Centrado en la música en inglés y reconociendo a artistas como John Mayer como referencias, para Leeb Eurovisión será el trampolín definitivo para impulsar una carrera fulgurante de apenas dos años.
En búsqueda de un top-10 que tarda demasiado
Los cambios en las direcciones de las delegaciones en Eurovisión tienen sus resultados y Francia pudo ver como apenas hace un mes recibía una nueva jefa de delegación, Alexandra Redde-Amiel. Nada más llegar, se llegó a la decisión unánime de acabar con 'Destination Eurovision', un método de preselección que tuvo apenas dos años de vida y que si bien resultó interesante a nivel televisivo, apenas consiguió un resultado dentro del top-15 en Eurovisión.
Con un único top-10 desde 2010 (el de Amir en 2016), precisamente este llegaría de la mano de una selección interna de una voz masculina, hechos que habrán llevado a la France 2 a optar por algo similar para reconducir su situación.
A expensas de conocer la canción, Francia afrontará en Rotterdam un punto de inflexión en su camino eurovisivo en este 2020, donde deberá justificar un cambio de modelo al mismo tiempo que obtener un buen resultado como carta de presentación de la nueva delegación. Hay mucho en juego en Rotterdam.
