La comunidad científica se ha lanzado a una carrera a contrarreloj para desarrollar una vacuna contra el coronavirus que detenga la muertes y nos permita retomar nuestras vidas, trastocadas a causa de la pandemia. Entre la creciente esperanza, también surgen ciertas dudas y confusión sobre algunas cuestiones, como por ejemplo el tiempo en el que estará disponible o cómo se distribuirá entre la población.
Diferentes autoridades sanitarias manejan ya una horquilla de tiempo que varía desde finales de este mismo años hasta mediados de 2021. Según ha revelado la OMS, entre seis y nueve candidatas a vacunas estánen fase avanzada de investigación, con una parte de ellas ya en la fase 3 de ensayos clínicos, que requieren de la participación de unos 30.000 voluntarios para comprobar su eficacia y confirmar que el producto es seguro.
La Unión Europea cuenta con tener la primera vacuna disponible a finales de noviembre. Sería la de la empresa británica AstraZeneca, que trabaja junto a la Universidad de Oxford, con la que la UE tiene un contrato que le garantizará el acceso a al menos 300 millones de dosis y a la que España le correspondería una partida. No obstante, no sería la única vacuna en el mercado, ya que la Comisión Europea negocia con otros cinco laboratorios para cerrar contratos similares.
Salvador Illa, ministro de Sanidad de España, avanzó que esta vacuna llegaría a España en diciembre, pero que no habría suficiente para vacuna a toda la población, por lo que esta primera partida se destinaría a inmunizar a los grupos de población con mayor riesgo, como las personas mayores.
Para una distribución masiva habrá que esperar unos pocos meses más. La Organización Mundial de la Salud estima que esto sucederá a medidados de 2021. "En términos realistas, no esperamos ver vacunaciones masivas hasta mediados del próximo año", ha señalado la portavoz de la organización, Margaret Harris.
Modelo de Prioridad Justa
Otra de las grandes dudas que surge es cómo se distribuirá la vacuna entre los países, especialmente al principio, cuando su suministro será escaso. Se espera que la OMS, líderes mundiales y productores de vacunas se pongan de acuerdo para una distribución justa y equitativa. Para ello, diecinueve expertos en salud de todo el mundo han propuesta un plan en tres fases, llamado Modelo de Prioridad Justa.
Según publica Science, han surgido dos grandes propuestas. Algunos expertos argumentan que los trabajadores de la salud y los grupos de riesgos, como personas mayores, deben vacunarse primero. La OMS, por su lado, sugiere que los países reciben dosis proporcionales a sus poblaciones. Sin embargo, ambas propuestas, desde una perspectiva ética, presentan fallos.
En la propuesta del Modelo de Prioridad Justa se señalan tres valores fundamentales que deben tenerse en cuenta al distribuir la vacuna contra el Covid-19 entre países: beneficiar a las personas y limitar el daño, priorizar a los desfavorecidos y dar igual preocupación moral a todos los individuos.
El Modelo de Prioridad Justa aborda estos valores enfocándose en mitigar tres tipos de daños causados por el coronavirus: muerte y daño orgánico permanente, consecuencias indirectas para la salud, como tensión y estrés en el sistema de salud, así como destrucción económica.
Prevenir la muerte, especialmente la prematura, es la prioridad más urgente, por lo que es el foco de la Fase 1 de este modelo. Las muertes prematuras por Covid-19 se determinan en cada país calculando los "años perdidos de vida estándar esperados", una métrica de salud global de uso común.
En la Fase 2, se proponen dos métricas que capturan la mejora económica general y el grado en que las personas se salvarían de la pobreza. Y en la Fase 3, se prioriza inicialmente a los países con tasas de transmisión más altas, pero todos los países deberían eventualmente recibir suficientes vacunas para detener la transmisión, lo que se prevé que requiera que del 60% al 70% de la población sea inmune.