El consumo de frutos secos con moderación aporta múltiples beneficios para nuestra salud. Y, en especial, las nueces, tal y como destaca un nuevo estudio publicado en la revista científica Circulation: ha demostrado que incorporar entre una y dos raciones diarias (30-60 gramos) aporta múltiples beneficios.
Entre las cualidades de este consumo, destaca el estudio, se encuentra un efecto sobre la composición de las lipoproteínas circulantes y una reducción moderada del colesterol LDL, considerado como el 'colesterol malo' en las personas mayores. Además, los sujetos que consumieron nueces a diario durante dos años no aumentaron de peso.
Los hallazgos que aporta el estudio refuerzan la noción de que el consumo regular de nueces puede formar parte de un patrón de alimentación cardiosaludable. Esta evidencia se suma a los conocimientos sobre el hecho de que las nueces, ricas en ácidos grasos omega-3 (ácido alfa-linolénico) mejoran la salud cardiovascular.
Emilio Rios, autor principal del estudio y antiguo director de la Clínica de Lípidos del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Clínico de Barcelona, sostiene que "comer un puñado de nueces todos los días es una forma sencilla de favorecer la salud cardiovascular".
Las nueces, de hecho, son el único fruto seco con una cantidad destacable de ácido alfa-linolénico (AAL), el ácido graso omega 3 vegetal, esencial para la salud y que contribuye a mantener niveles normales de colesterol sanguíneo.
La Unión Europea señala que una ración diaria de nueces (30 gramos) cubre la ingesta de AAL necesaria para conseguir estos ansiados beneficios. Y cabe destacar que, a pesar del contenido en grasa de las nueces, como sucede en muchos frutos secos, se trata de grasas de tipo saludable. De hecho, los participantes en el estudio no aumentaron su peso durante dos años de consumo diario.
El mayor estudio sobre los beneficios de los frutos secos
Este es el primer gran estudio centrado en los beneficios de los frutos secos sobre el organismo. Previamente, sí se había realizado algún análisis sobre los efectos de incluir estos alimentos en la dieta a corto plazo; pero no había ensayos sobre sus beneficios a largo plazo.
Los investigadores que han participado en este estudio han analizado más allá del colesterol LDL, el 'malo', y han analizado todos los tipos de lipoproteínas mediante resonancia magnética nuclear, encontrando que las nueces mejoran la calidad de las lipoproteínas, con la consiguiente reducción del riesgo cardiovascular.
Los resultados del estudio muestran un efecto beneficioso de la dieta de nueces sobre las substracciones de lipoproteínas, con reducciones del colesterol de las lipoproteínas de densidad intermedia (que contribuyen al colesterol remanente, un componente lipoproteico particularmente nocivo) y de las partículas LDL totales y LDL pequeñas y densas, que predicen el riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV) independientemente del colesterol LDL.
El hecho de que las respuestas de los lípidos no fueron diferentes en dos cohortes (Barcelona y California) con unas dietas habituales muy diferentes apoyas la generalización de los resultados aportados en esta investigación.
La investigación forma parte del estudio WAHA (Walnuts and Healthy Aging, en español Nueces y Envejecimiento Saludable) que analizó los efectos de las dietas suplementadas con nueces sobre diversas variables de salud en 708 personas mayores sanas y autónomas con perfiles lipídicos normales. Los participantes, con edades medias de 69 años procedentes de Barcelona y Loma Linda (California) recibieron un suplemento diario de nueces y, en otros grupos, su restricción total. La adherencia al estudio fue notoria, con un 90% de participantes que completaron el estudio a los dos años.
