La búsqueda del pequeño Julen continúa. Mientras que los operarios intentan acceder al lugar en el que se encuentra el menor de dos años, a más de 100 metros de profundidad en un hueco del ancho de una sartén, el Juzgado de Instrucción número 9 de Málaga ya ha abierto diligencias para buscar responsabilidades.
Hasta el tribunal están llegando todo tipo de informes técnicos y documentación que será fundamental durante el juicio. También se incluirán todos los datos que la Guardia Civil ha recogido y está obteniendo sobre el terreno.
Llegados a este punto, hay dos vías: que el caso de Julen haya sido un accidente o que, por el contrario, el suceso hubiera sido perfectamente evitable si todo el mundo hubiese cumplido la ley.
¿Cuáles serán las claves en este futuro juicio?
El juicio tiene dos piedras angulares y un delito que cierne sobre una de las partes y por el que, previsiblemente, habrá imputaciones durante las próximas semanas. Estos son los dos puntos más importantes:
1 El testimonio de los padres
La familia ha contado a la Guardia Civil que el pequeño estaba jugando con su prima de tres años junto a un sondeo de agua abandonado, cuando se encajó en el propio pozo. El padre, que estaba junto a ellos, se abalanzó para tratar de cogerlo. Al levantar al niño, se escurrió y se precipitó al interior del orificio.
A pesar de algunas sospechas iniciales, la hipótesis principal fija que los hechos constituyen un accidente y se otorga credibilidad al testimonio del padre. La familia se considera como "víctima" de lo sucedido y el padre ha exigido celeridad a los operarios para sacar a su hijo cuanto antes.
2 El pocero
El testimonio de los padres choca con la persona que, a priori, tiene un futuro judicial más complicado: el pocero que cavó el agujero por el que cayó el propio Julen y a quien apunta las primeras pesquisas.
Según su testimonio, el agujero estaba completamente tapado por una piedra y contaba con una apertura inferior a la actual (supuestamente era de "21 centímetros"), según relató en una entrevista emitida en el programa 'Espejo Público'. Y añade: "Por ahí no cabe un niño, han cavado una zanja junto al pozo".
El encargado de construir este pozo continua señalando que hay un responsable fuera: "Yo hice el pozo hace ya un mes; lo hice y me fui y yodo bien. El que ha quitado la tierra al pozo y esas cosas, ¿eso quién ha sido? Dímelo tú, porque yo no lo sé. Yo no la he quitado".
Lo cierto es que, de tratarse de una realidad, habría posibilidades de apuntar a terceras personas y habría que dirimir cuáles fueron sus verdaderas intenciones. Pero hay un dato que le resta credibilidad: según la Junta de Andalucía, el agujero no contaba con los permisos necesarios, ni siquiera con el preceptivo informe técnico. Y, con ello, tampoco con el permiso de obra del Ayuntamiento de Totalán, imprescindible en este tipo de casos.
¿Qué falló en este caso? ¿Si hubiera pedido los permisos necesarios se habría evitado este caso? Lo cierto es que, si esta máxima fuera cierta, el pocero habría cometido un delito de homicidio culposo, es decir, una muerte como consecuencia de una negligencia profesional. La pena se sitúa entre 1 y 4 años de prisión. A ello, también se impondría una multa por la falta de permiso que debería de fijarse en función de la legislación autonómica correspondiente.
Estas son las dos piezas angulares de este caso, los dos puntos fundamentales en un juicio que se prevé tenso. ¿Fue un accidente o hay realmente responsables? La Justicia ya está analizándolo.
