El Titanic vuelve a la vida. La idea rescatar el mítico barco transatlántico más famoso del mundo nació de la mente del empresario y político australiano Clive Palmer, que en 2012 creó la compañía 'Blue Star Line' con el único objetivo de crear una réplica funcional del desafortunado navío.
Tras enfrentarse a disputas legales por el nombre, ya que se encuentra patentado y su uso conllevaba el pago de millones de dólares, Palmer consiguió salirse con la suya. Ahora asegura que está todo preparado pata traer de vuelta al barco, cuya película dirigida por James Cameron y protagonizada por Kate Winslet y Leonardo DiCaprio, terminó de mitificarlo para siempre.
El navío seguirá la misma ruta que la de su antecesor, cubriendo la ruta entre Southampton en Inglaterra, hasta Nueva York. Según informa USA Today, el transatlántico presenta el mismo diseño de cabina que el barco original y transportará la misma cantidad de pasajeros: 2.400 pasajeros y 900 miembros de tripulación.
Estrenado exactamente 110 años después del original
A pesar de ser una réplica del original, el Titanic II cuenta por supuesto con una tecnología moderna y actual de navegación. Con ello quieren evitar que, precisamente, acabe como su antecesor, que comenzó su viaje al fondo del océano la madrugada del 15 de abril de 1912 y terminó con un desenlace fatal. La nave será un poco más ancha para darle estabilidad, pero el diseño interior y de cabina será idéntico, incluidos el salón de baile y los baños turcos.
"El barco hará el viaje original, transportando pasajeros desde Southampton a Nueva York, pero también rodeará el mundo, inspirando y encantando a la gente mientras atrae una atención, intriga y misterio inigualables en cada puerto que visite" cuenta Palmer en un comunicado.
Aunque las reservas todavía no están disponibles, se espera que la demanda sea masiva y se podrá elegir entre las tres clases en las que se dividían los pasajeros del navío original. Toda una oportunidad de revivir la mítica película protagonizada por Leonardo Dicaprio y Kate Winslet, así como conocer de primera mano cómo era la realidad de principios del siglo XX.