La madrugada del pasado 29 de octubre, una joven fue agredida sexualmente y retenida en contra de su voluntad en un piso del barrio de Porta, en el distrito de Non Barrio de Barcelona.
La joven y el presunto agresor se habían conocido a través de Tinder, la famosa aplicación de citas. En el encuentro fueron a un bar y, después, ella aceptó acompañarle hasta su domicilio particular, situado en la calle de Manuel Sanchis i Guarner, junto al complejo deportivo de Can Dragó, en Barcelona.
Una vez allí, el acompañante le propuso mantener relaciones sexuales y ella no accedió. Esta negativa hizo que el hombre se pusiera agresivo, llegando al punto de utilizar un cuchillo para intimidarla y encerrarla con llave en el domicilio.
Tras eso, el hombre se marchó y la víctima aprovechó para pedir auxilio al 112, llamada que respondió la Guardia Urbana. Los nervios hicieron que la chica no indicara la ubicación exacta, aunque por suerte dijo que estaba en la avenida Río de Janeiro, muy próxima a donde realmente se encontraba.
Esta cercanía permitió que la secuestrada pudiera divisar la patrulla que venía a ayudarla a través de una de las ventanas del domicilio. Desde este balcón llamó la atención de la Guardia Civil Urbana de Barcelona.
Sin embargo, no todo fue tan fácil, pues el hecho de que el agresor cerrara con llave complicó el acceso a la vivienda. Ante esto, los policías municipales tuvieron que llamar a los Bomberos de Barcelona, quienes acudieron con el fin de forzar la puerta. Su cometido no tuvo lugar ya que, justo antes de hacerlo, el hombre apareció y dejó salir a la mujer.
Las consecuencias legales
Según salió de la vivienda, la mujer fue trasladada al hospital por los agentes. En cuanto al presunto agresor de los hechos, la Guardia Urbana ha abierto diligencias por retención ilegal y agresión sexual contra él. Sin embargo, son los Mossos d'Esquadra los que se están haciendo cargo de la investigación.
