Cuando las demandas por violación e intentos de abusos sexuales no cesan sobre Harvey Weinsten, parece que toda la historia turbia que gira en torno al que fuera el mandamás en Hollywood, ha abierto la veda para que empiecen a ponerse sobre la mesa todas aquellas discriminaciones que hoy en día, en pleno 2017, siguen existiendo en la industria cinematográfica (que no es más que un reflejo de la propia sociedad) hacia las mujeres.
Porque, aunque el siglo XXI sea un supuesto adalid de la modernidad, el machismo sigue siendo una lacra importante. En ocasiones parece que es mejor mirar hacia otro lado, y por lo referente al caso Weinstein, en 2005 Courtney Love ya advertía: "Me denunciarán si lo digo... Si Harvey Weinstein te invita a una fiesta privada en el Four Seasons, no vayas".
El vídeo, publicado por TMZ, se ha convertido en viral doce años después y pone de manifiesto que lo que ahora se ha destapado no era más que un secreto a voces, lo que demuestra que aún tenemos mucho que aprender, como sociedad, por lo que a la lucha contra la discriminación y la lucha contra el machismo y el abuso del patriarcado se refiere.
Y en este momento es cuando, desde nuestra propia industria cinematográfica, son varias las voces que empiezan a alzarse en contra de esta represión. Por poner un ejemplo, Leticia Dolera recibía en el pasado Festival de Sitges el Premio Bacardi Sitges al Espíritu Indomable, gracias al que la actriz y realizadora volvía a convertirse en abanderada de la lucha feminista (por la cual se ha convertido en ferviente luchadora a través de sus redes sociales desde un tiempo atrás). Posteriormente, en un artículo publicado en El Diario, ella misma ha relatado ciertos abusos que tuvieron lugar en los inicios de su carrera.
"Ahora se habla del caso de Harvey Weinstein, pero no es sólo este tipo con poder y dinero, son Woody Allen y Oliver Stone defendiéndole, son también los cientos de testigos callando durante décadas, callando cada día".
El timo machista
Una vez más, una lacra que ha permanecido a la sombra y a la que se suman nuevas voces, entre ellas la que ha dado luz a la situación que desde el Foro Mujeres en el Cine Español se ha denunciado. El mismo, conformado por participantes de la industria, el periodismo y la enseñanza, denuncian la desigualdad que, a día de hoy, se sigue viviendo en el sector. Porque lo de ser Europa y estar en 2017 no es símbolo de modernidad, pese a que la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA) siga implacable en su intento por promover la igualdad.
Dicho foro, organizado por Caimán Cuadernos de Cine (destacar la genuina iniciativa 'Ellas filman, nosotras escribimos', editorial que vio la luz el pasado mes de mayo y cuyos textos venían firmados por críticas y escritoras que ponían el foco en mujeres cineastas), formó parte de las actividades de la pasada SEMINCI, y en él se pusieron sobre la mesa una serie de cuestiones que tienen que ver con la implicación en la industria del cine español de directoras, críticas de cine, periodistas e investigadoras de estudios fílmicos, denunciando lo que bien define Begoña Piña para Público como el nuevo 'timo machista'.
Tal etiqueta corresponde a las formas en las que se adjudican las ayudas para la producción de largometrajes, regidas por un sistema de puntos que determina que en el caso de que haya mujeres implicadas en la producción, ya sea como productoras ejecutivas, realizadoras, guionistas o jefas de cualquier equipo, se obtendrán hasta 4 puntos de los 100 que se otorgan. Tal y como recoge Piña en su artículo, la sorpresa es la siguiente:
Lo último en la centenaria historia del machismo en el cine es la inclusión de mujeres en proyectos en los que realmente no participan para 'robar' esos puntos
Con tales datos, la situación que presenta nuestra industria deja de estar, cuanto menos, alejada de los ideales de igualdad y feminismo que deberían imperar en la actualidad, ya que no existe ningún tipo de control de calidad que corrobore la participación de mujeres en los proyectos, pese a que los nombres queden anotados con la única intención de conseguir esos puntos con los que poder rascar en las ayudas.
Así es como desde el Foro de Mujeres se reclama que los puestos de responsabilidad llevados a cabo por mujeres, puedan alcanzar el 70%. Esa sería una buena iniciativa con la que luchar contra una industria que en 2016 tan solo produjo un 16,1% de películas producidas por mujeres.
En las conclusiones del foro, que tuvo lugar el 23 de octubre en la SEMINCI (edición que ha logrado ser referente por tener el mismo número de producciones dirigidas por mujeres que de hombres en su sección oficial), se dictamina lo siguiente: "Todas estas conclusiones servirán realmente para algo si el conjunto de las instituciones y de los profesionales implicados las toman con una base irrenunciable para seguir impulsando y para hacer avanzar la lucha por la igualdad".
Tristemente, todavía queda mucho por hacer. Pero iniciativas como esta y la clara rebelión contra un sistema absolutamente patriarcal por parte de las mujeres que se han sentido oprimidas a lo largo de la historia, son las que hacen que pueda verse algo de luz al final de un camino que se presenta, cuanto menos, lleno de obstáculos que abatir.