El caso de Forence Owiti Opiyo, un joven de 20 años, llama la atención a cualquiera. Con un pene de un metro y unos testículos de cinco kilos de peso, este joven sufre de movilidad reducida: sus genitales le están impidiendo moverse con normalidad.
Su problema llega porque en la ciudad en la que vive, Kibigori (Kenia), se ha propagado un insecto que está transmitiendo un parásito que obstruye el drenaje del cuerpo. En su caso, este hecho ha provocado que sus testículos se hayan ido hinchando de manera progresiva con el tiempo.
En 2007 consiguió operarse, pero con el paso de los años, sus problemas han vuelto a reproducirse. Sin embargo, gracias a un documental que denuncia su situación, el Gobierno se ha comprometido a costear su operación para que pueda mejorar enormemente su calidad de vida.
En este reportaje (que contiene imágenes sensibles), se puede evidenciar el problema que sufre Forence y cómo ha afectado a su vida diaria hasta el punto de representar una auténtica incapacidad.
A pesar de lo extraordinario de su caso, lo cierto es que su trastorno está documentado en los libros de medicina y no es el único. Se llama 'elefantiasis escrotal'
Un problema que tiene solución y del que Forance, por fin, ha salido: "Hemos seccionado los nervios, hemos reducido la circulación y hemos devuelto su pene al tamaño que correspondía", asegura el Doctor James Obondi, en declaraciones al Daily Mail.
Él mientras tanto, tiene esperanza: los médicos le han asegurado que podrá hacer vida normal en tres meses. Así lo espera: "deseo poder tener hijos algún día", ha asegurado sonriente.
Para ello, será fundamental que pueda salir de casa. Sus problemas de movilidad reducida le habían impedido tener vida social con normalidad: "Algunas veces se dedica a la agricultura, en especial cortar la caña de azúcar o a cultivar tomates. Su vida no es buena porque no tiene amigos que vengan a visitarlo", asegura su hemano Eliza, fundamental en su recuperación.
Una nueva vida que Forence está ansiando.