Texas y Ohio han incluido los abortos entre las cirugías y procedimientos médicos no esenciales que pueden retrasarse como consecuencia del coronavirus, que comenzará a ser una prioridad en cuestiones sanitarias para el país. Este hecho desencadenó un nuevo frente en la lucha por los derechos del aborto en medio de la pandemia que también ha llegado a Estados Unidos.
La política del partido republicano de Texas y candidata para representar el 22º distrito del Congreso de Texas, Kathaleen Wall, dijo que el coronavirus iba a salvar más personas de las que mataría por la decisión del estado de Texas de cerrar las clínicas para abortar durante la crisis de la pandemia.
La candidata hizo mención en su cuenta de Facebook a que esta medida es posible gracias "al liderazgo de la oficina del gobernador de Texas, Ken Paxton" y que el covid-19 salvará gracias a esta decisión más vidas estas semanas. Además, ha dejado clara su postura incluyendo un hashtag deProvida (Prolife). Junto con esta publicación la republicana adjuntaba una noticia donde se explicaba que durante la crisis por la pandemia no se realizarían abortos.
Ambos estados dijeron que estaban intentando proteger el equipo sanitario de protección para los trabajadores de la salud y evitar colapsar los hospitales para aquellos enfermos que vinieran infectados. El fiscal general de Texas, Ken Paxton, aclaró que el aplazamiento de las cirugías y los procedimientos médicos anunciados por el fobernador Greg Abbott incluía "cualquier tipo de aborto que no sea médicamente necesario para salvar la vida de la madre".
Multas por abortar si la madre no corre riesgo
Los activistas por el derecho del aborto defendieron que las intervenciones voluntarias del embarazo deben considerarse esenciales y que las personas no pueden esperar a que esta situación pase para ejercer su derecho a abortar.
Paxton advirtió que podrían poner multas de hasta 1000 dólares o 180 días de cárcel en el caso de intervenir el embarazo. No aclaró si estas sanciones incluían el aborto con medicamentos, lo que implicaría que los proveedores administren píldoras en los primeros meses de embarazo.
En Ohio también se tomó esta medida de una manera similar, lo que provocó una lucha legal por parte de los grupos de los derechos del aborto, quienes exigían preservar este derecho durante el coronavirus. Señalaron que el Colegio Americano de Obstetras y Ginecolólogos, recomendó que en la lista no se incluya el aborto como un procedimiento médico que podría posponerse en la situación actual.