El primo y hombre de confianza de don Juan Carlos I, Álvaro d'Orleans-Borbón, cobró 50 millones de euros en comisiones por haber ejercido de mediador en la venta del Banco Zaragozano a Barclays en 2003, según ha avanzadoThe Telegraph. El diario británico, además, ha afirmado poseer documentos que prueban que el mismo dinero terminó en una cuenta suiza para que el rey emérito pudiera utilizarlo con posterioridad.
Y no solo se envuelve a Álvaro d'Orleans, sino que el diario señala también que habrían intervenido dos de empresarios y amigos íntimos del rey emérito: Alberto Alcocer y Alberto Cortina. Todo ello volvería a poner al padre de Felipe VI en el centro de la diana, ya que aquella comisión a su testaferro no hace más que alimentar la sospecha que de ayudó a vender el Zaragozano.
La venta del Banco Zaragozano al Barclays en junio de 2003 por 1.143 millones de euros fue un movimiento estrella. Un jaque con el que Alberto Cortina y Alberto Alcocer, sus principales accionistas, consiguieron unos beneficios de 457 millones de euros. Así al menos aparecía en el folleto de la Oferta Pública de Adquisición de Acciones, publicado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores.
Álvaro d'Orleans habría recibido tales beneficios (50 millones de euros) por haber ejercido como mediador. Sin embargo, se desconoce cómo terminó aquella fortuna en una cuenta suiza a la que accedía el rey emérito. Y es que su papel pudo haber sido fundamental.
'Los Albertos', amigos de cacería condenados
Todo se remonta a 2003, cuando Alberto Cortina y Alberto Alcocer cobraron más de 225 millones de euros cada uno por parte de la venta de acciones del Zaragozano. Sin embargo, aunque había sido una gran operación, en marzo del mismo año 'los Albertos' fueron condenados por el Tribunal Supremo a tres años y cuatro meses de prisión por un delito de estafa y falsificación de documento privado.
La sentencia condenatoria dependía de un indulto solicitado al Gobierno y de un recurso que se anunció ante el Constitucional, que planteó la duda de si se tendría que haber aplicado el artículo 62 de la Ley de Disciplina e Intervención Bancaria. La norma establecía que el ministro de Economía (Rodrigo Rato por aquel entonces), a instancias del Gobernador del Banco de España, podía haber retirado los derechos políticos a un accionista de un banco si se detectaran "razones fundadas respecto de que la influencia ejercida por las personas que posean una participación significativa en una entidad de crédito pueda resultar en detrimento de la gestión sana y prudente".
Aquella condena derivó en un debate de los equipos jurídicos del Banco de España sobre si debían o no interpretar aquellos hechos como "razones fundadas" para despojar de sus derechos a un accionista significado.
No obstante, finalmente aprobaron la operación y no pusieron obstáculos a la venta del Zaragozano. Ya en aquel entonces se empezó a hablar sobre las "motivaciones políticas" que habían rodeado aquella decisión, y es que 'los Albertos' tenían mucha proximidad con el presidente del Gobierno, José María Aznar, y el vicepresidente económico, Rodrigo Rato.Y no solo con ellos: eran parte del círculo de "amistades de cacería" del rey emérito.
Las acusaciones de Corinna
Las dudas acerca de la procedencia legal de la fortuna del ahora rey emérito continuan creciendo. Corinna zu Sayn-Wittgenstein, antigua amante de Juan Carlos I, fue la primera en acusarlo de acumular una fortuna secreta en distintas cuentas suizas bajo distintos testaferros, como su primo Álvaro d'Orleans, que se mantuvo en el anonimato hasta que Corinna le tildó como el "hombre de paja" del Borbón en sus conversaciones con Villarejo.
"Las cuentas de bancos en Suiza se han puesto a su nombre... ahora están tratando de que yo pase esas a Álvaro a través de Dante [Canonica]. Me están haciendo la guerra porque yo no quiero cometer un delito [...] Es él (Álvaro d'Orleans) quien paga hasta los vuelos (del rey emérito) a Los Ángeles. Esos vuelos privados salen de Torrejón, de la zona militar, para no estar controlados... Es él, Álvaro, quien los está pagando", afirmó la exprincesa alemana.
Tanto las revelaciones del diario británico como los datos rescatados de aquella primavera de 2003, muestran que si se hubiera despojado a 'los Albertos' de sus derechos políticos tras su condena, el Consejo de Administración del Banco Zaragozano no habría podido aprobar la venta de sus acciones, ni aquella comisión habría podido terminar en la cuenta suiza a la que Juan Carlos I tendría acceso.