Muchos lo hacen, pocos lo reconocen. Es la conclusión a la que se puede llegar tras este nuevo estudio que ha asegurado que el 100% de las piscinas públicas contiene restos de orina. Es decir, tanto si vas a la piscina del gimnasio como a la de verano, no te libras: estás bañándote en pis.
A parte de lo poco agradable de la noticia, lo cierto es que la presencia de orina en el agua del baño no es especialmente saludable. Por ejemplo, el ácido úrico y el cloro del agua puede provocar una reacción que produce irritaciones en los ojos y la piel, junto con problemas respiratorios. Es decir que, al igual que la socorrista que mezcló ácido clorhídrico con... "no sé lo que era", puedes liarla parda.
Los resultados los ha publicado un grupo de científicos de la universidad canadiense de Alberta, liderados por el investigador Xing-Fang Li, con el fin de concienciar a la población de la importancia de la higiene a la hora del baño y la natación.
Para poder identificar la orina en el agua, este grupo de investigadores se las ingenió y descubrió la forma de hayar un compuesto: el acesulfamo -K, muy utilizado en los refrescos y la bollería industrial y que se libera a través de la orina. Como parece que la gente que se mea en la piscina tampoco destaca precisamente por su buena alimentación, los investigadores procedieron a realizar su prueba en 250 muestras de agua -recogidas en 31 piscinas y jacuzzis de dos ciudades canadienses- y otras 90 muestras de agua de grifo limpia utilizada inicialmente para llenar esas mismas piscinas.
Según hallaron los científicos, la concentración del mencionado acesulfamo -K era 570 veces superios a los niveles encontrados en las muestras de agua de grifo, lo que implica, al fin y al cabo, mucha orina con la que bañarse.
Basándose en esos datos, los expertos llegaron a la conclusión de que los bañistas podrían haber rellenado un tercio de la capacidad de una piscina olímpica con toda su orina, una imagen especialmente desagradable de imaginar, pero que demuestra algo: por mucho deporte que hagas, al final a los nadadores les puede la pereza de ir al baño a orinar y prefieren hacerlo encima.
