La Embajada de China asegura que el Gobierno de España ha comprado los kits de detección del coronavirus defectuosos a una empresa sin licencia. Las pruebas solo tienen una fiabilidad del 30% y no son válidas para diagnosticar el coronavirus. El Ejecutivo ha publicado una nota de prensa donde señala que los lotes están homologados dentro de la Unión Europea y que fueron adquiridos a través de un intermediario español. Además, indica que la partida defectuosa se reduce a 9.000 unidades del total de seis millones del que se compone el lote comprometido. Todos los kits han sido devueltos y serán respuestos.
3? Shenzhen Bioeasy Biotechnology no ha conseguido todavía la licencia oficial de la Administración Nacional de Productos Médicos de #China para vender sus productos.
— Embajada de China en España (@ChinaEmbEsp) March 26, 2020
Las intenciones de copiar la estrategia de Corea del Sur en la lucha contra el coronavirus, es decir, realizar pruebas a gran parte de la población para contener las bolsas de contagios del Covid-19, se han visto truncadas: el último lote de pruebas adquirido a China es impreciso y solo tiene una fiabilidad del 30%, cuando debería superar el 80%, como publica el diario El País.
Esto es lo que se está comprobando en los laboratorios que están empleando las primeras unidades de diagnóstico. Al realizar las pruebas, el test otorga un resultado, pero en muchas ocasiones no localiza el patógeno a pesar de que el paciente muestra todo el cuadro del Covid-19. Cuando se repite el test, de repente, se confirma el positivo.
El problema, por tanto, se fija en su eficacia, tan solo un 30% de fiabilidad, lo que realmente quita sentido a realizar la prueba porque el resultado nunca resultaría concluyente. De hecho, los médicos piden abandonar ya todos los lotes adquiridos (y fabricados en el flamante polo tecnológico chino de Shenzhen), para volver a la prueba que se estaba realizando, la PCR, con mayor tardanza en diagnóstico. Y sí, también abandonar, al menos temporalmente, la única estrategia que ha evidenciado los mejores resultados hasta la fecha.
La diferencia entre ambas es ilustrativa de la capacidad de combatir el coronavirus. Mientras que el test rápido funciona como una prueba de embarazo (se introduce una muestra de la zona nasofaríngea y el cartucho activa una o dos tiras en función del resultado), la prueba que se está realizando ahora incluye una muestra de la misma zona, pero recogida de manera más laboriosa y con una serie de pruebas en laboratorio que pueden demorarse hasta cuatro horas. Con todo, las labores de diagnóstico se demoran altamente.
Un cribado masivo
La prueba rápida es fundamental, porque permite tomar medidas de manera inmediata con todos los pacientes que dan positivo en el test y realizar la PCR únicamente con aquellos negativos, para confirmar los resultados.
Por el momento, en España hay 340.000 test rápidos que no sirven. El Gobierno está ejecutando en estos momentos otra compra de 5,5 millones de unidades de la misma prueba, aunque se desconoce si la intención pasa por adquirir el mismo tipo de lote que ya se ha mostrado defectuoso.
Con un 30% de fiabilidad, los sanitarios no ven la utilidad de estas pruebas, puesto que cuando el test da negativo, hay hasta un 70% de posibilidades de que la prueba haya fallado y no se esté actuando contra un potencial foco de contagio y de enfermedad.
El Ministerio de Sanidad asegura, sin embargo, que se trata de una simple partida determinada, que ha sido distribuida en la Comunidad de Madrid y que está dando una serie de resultados que no se corresponden con la ficha técnica que incorporan los lotes. Los sanitarios, mientras tanto, piden no comprar estos test y decantarse por otras pruebas realizadas por otro fabricante.
