Al menos tres de los terroristas que protagonizaron los atentados de Barcelona y Cambrils del 17 y 18 de agosto acudían con frecuencia a locales de prostitución. Estas visitas se realizaban de forma paralela a la organización de los atentados que iban a dejar 16 muertes.
La noticia ha sido confirmada por un cliente y una prostituta vinculados a un local situado en la vieja carretera N-340 cercano a Alcanar, donde se situaba la vivienda en la que los terorristas realizaban todas sus operaciones.
Según las informaciones a las que ha tenido acceso El Periódico, el local se encontraba regentado con gran asiduidad por tres de los miembros más relevantes del comando: el autor del atentado de la Rambla, Younes Abouyaaqub; el jefe militar del comando, Mohamed Hychami, y su lugarteniente, Youssef Aalla. Todos ellos también vivían en la vivienda de Alcanar.
Los miembros de menor edad, hermanos de los que sí acudían a estos locales, no frecuentaban este burdel, al igual que el imam de Ripoll y responsable de la radicalización de todos estos jóvenes, Abdelbaki Es Satty.
Por otro lado, una cámara de seguridad registró su acceso al mini casino Las Vegas de Salou, donde uno de los responsables pudo comprobar que Mohamed Hychami, muerto en Cambrils, portaba un cuchillo de grandes dimensiones en su pantalón.
También bebían vodka y cerveza
Los terroristas que atacaron en Cambrils tras el atropello de las Ramblas de Barcelona habían consumido grandes dosis de alcohol. Así lo comprobaron los Mossos tras analizar la masía abandonada de Riudecanyes (Tarragona) en la que se alojaron antes de viajar a Cambrils.
A modo de pira funeraria, dentro de sus paredes se encontró una botella de vodka Smirnoff completamente vacía y una importante cantidad de latas de cerveza. Los agentes creen que tomaron esta vía para anestesiarse antes de realizar los ataques.
En la masía también se hallaron restos de sus pasaportes, una alfombra para rezar, la documentación del coche Audi A3 con el que irrumpieron en el paseo marítimo de Cambrils y el parte de atención del servicio de urgencias que atendió a uno de ellos el pasado mes de abril de 2017.
Por otro lado, algunos de los miembros de la célula también contaban con un historial de consumo de todo tipo de estupefacientes, entre los que se encontraban cocaína o hachís. Sin embargo, todos sus allegados coinciden en que abandonaron estos hábitos cuando la relación con el imam de Ripoll comenzó a estrecharse.
Doctrina taqiyya
A pesar de que el Islam y, sobre todo, las corrientes salafistas, impiden este tipo de prácticas; lo cierto es que los terroristas del 17-A no estaban incumpliendo ninguna de las prácticas que se prohíben a los musulmanes más ortodoxos.
¿El motivo? Se amparaban en la conocida como doctrina taqiyya, que señala que los seguidores incumplan todas las reglas con el fin de pasar desapercibidos en lo que consideran como 'territorio hostil'. Entre todo ello, comer carne de cerdo, beber alcohol, afeitarse la barba, vestir de forma occidental, drogarse y acudir a locales 'de pecado'.
Es lo mismo que realizaron los de los secuestradores de los aviones del 11-S en Estados Unidos, cuando contrataron a dos prostitutas en su hotel de Boston cuatro días antes de los atentados. También uno de los autores del 11-M, Jamal Ahmidan, alias el Chino, realizó estas prácticas en los días previos a su ataque.
