Es uno de los sucesos que más pasiones ha levantado en la historia negra de España. El caso Alcàsser se convirtió en un fenómeno mediático que, en base a la conmoción social generada por los terribles crímenes de Miriam Toñi y Desirée, despertó multitud de teorías que en la actualidad, veintisiete años después, siguen en boca de todos. Y es que probablemente nunca sepamos al cien por cien toda la verdad.
Precisamente uno de los cabos sueltos del caso es el destino de Antonio Anglés. La fuga del principal sospechoso del crimen es aún hoy en día un verdadero misterio. El joven, de 26 años, huyó en el mismo momento en el que las fuerzas de seguridad procedieron a su detención. Tras el juicio, fue declarado culpable, pero su paradero es desconocido. Su amigo Miguel Ricart, por su parte, fue condenado a 170 años de prisión de los que cumplió 21.
Luis Frontela, el forense que realizó la segunda autopsia de las víctimas, continúa investigando el caso de manera no oficial. Así, ha desarrollado una "tercera vía" relacionada con Antonio Anglés. El especialista considera, según ha revelado en 'Cuarto milenio', que "no se escapó, como nos han contado. Ni si quiera llegó a Madrid". Su investigación plantea si a Anglés "se lo quitaron del medio" porque "quizás sabía demasiado".
De esta forma, Frontela desacreditaría la versión oficial según la cual Anglés habría logrado eludir a las autoridades, incluyendo a la Interpol, sin que nadie sepa su paradero. El doctor considera que el sospechoso no llegó a salir de España y ha adelantado que su investigación ahora apunta a la posible muerte de Anglés. "El cuerpo, vivo o muerto, está en algún sitio e intuyo dónde puede estar", remata el forense.
Teorías alternativas
Esta nueva vía planteada por Luis Frontela no es la primera desprendida del caso Alcàsser. Sin embargo, el forense ha querido dejar claro que no cree en las teorías de la conspiración que apuntan a que hubo altas esferas implicadas en la muerte de las menores. De la misma forma, tampoco confía en la existencia de las cintas snuff que el criminólogo Juan Ignacio Blanco, impulsor de estas teorías y fallecido el pasado mes de julio, ha defendido a lo largo de su vida.
En lo que se apoya Frontela para defender la "tercera vía" es en los fallos cometidos por las autoridades durante el caso. El forense subraya el error de la Guardia Civil de no fotografiar el levantamiento de los cadáveres así como el no haber recurrido a expertos en arqueología forense en la exhumación de los cuerpos.
Pero la mayor denuncia la dirige al juez de Instrucción que tres días después de haber autorizado practicar una segunda autopsia le remitió un auto "urgente" por el que ordenaba que devolviera las "pruebas". De no haber sido por esta ordenanza, asegura Frontela, habría estado a tan solo "una semana" de haber analizado el ADN de los cabellos encontrados en la alfombra, aquellos que procedían de diferentes personas y que habrían permitido identificar a los presuntos coautores del triple crimen.
La otra gran cuestión es el lugar donde ocurrieron los crímenes. A pesar de que los cuerpos fueron encontrados en la fosa de La Romana, los resultados de las investigaciones siempre apuntaron a que fue en una caseta, a 700 metros de donde hallaron a las menores, donde se cometieron las torturas y violaciones. No obstante, durante las inspecciones, nunca dieron con ninguna prueba de que allí se hubieran cometido tales delitos. El propio Frontela cree "imposible" que en la supuesta escena del crimen no hubiera restos biológicos; lo que aumenta las dudas sobre el crimen de Alcàsser.