Conocido como el Golpe de Estado del 23F, la efeméride nos recuerda el intento de acabar con el sistema democrático por la fuerza un duro día de 1981. Aquella jornada, un grupo de guardias civiles al mando del teniente coronel Antonio Tejero, entró a punta de pistola en el Congreso de los Diputados durante la votación de investidura del que sería presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo-Sotelo.
Al mismo tiempo que ocurría esto en Madrid, más de dos mil militares ocupaban la ciudad de Valencia con tanques, con los que apuntaban a los edificios institucionales de la ciudad. Su objetivo era que en otras ciudades españolas los militares saliesen a las calles para imitarles y así hacerse con el control de todo el territorio peninsular.
Las bóvedas y las paredes del hemiciclo recuerdan aquel Golpe de Estado en el que Tejero entró diciendo "¡Quieto todo el mundo!" mientras disparaba al techo de la sala. Desde entonces se han ido construyendo multitud de historias para tratar de esclarecer qué sucedió realmente. Pero ni siquiera hoy, casi 40 años después, se vislumbra la verdad absoluta de lo que sucedió aquel día.
Según varios medios, el Congreso de los Diputados guarda bajo llave tres informes secretos sobre el 23F: uno escrito por el propio jefe de seguridad de la cámara baja, otro redactado por los secretarios de la Mesa y un tercero que relata la comparecencia del ministro de Defensa durante una reunión que se celebró un mes después a puerta cerrada.
En 2011 se supone que estos documentos fueron desclasificados con José Bono como presidente del Congreso de los Diputados. Ciertos periodistas pudieron consultarlos pero no fotografiarlos o fotocopiarlos. Este hecho hizo que se reforzase la idea de que el Rey Juan Carlos I respaldaba el levantamiento militar. Todavía hay mucha gente que se pregunta si el monarca quiso quitarse el título de heredero franquista y erigirse como salvador de la democracia.
1. La conversación intervenida al Rey Juan Carlos
Entre los documentos que se desempolvaron apareció un telefax que el rey Juan Carlos I envió al teniente Milans del Bosh, sublevado en Valencia a las 2:30 de la madrugada. En él, pedía que se pusiese fin al levantamiento militar.
"Confirmando conversación telefónica que acabamos de tener, te hago saber con toda claridad lo siguiente: 1.-Afirmo mi rotunda decisión de mantener el orden constitucional dentro de la legalidad vigente. Después de este mensaje ya no puedo volverme atrás". Así el Rey le hacía saber al golpista que no apoyaba el levantamiento porque prefería ser fiel a la Constitución. Además de este aviso le envió otros cinco mensajes que venían a decir lo siguiente: "Cualquier golpe de Estado no podrá escudarse con el rey. Es contra el rey", y le ordenó que retirase todas las unidades que había sacado a las calles de Valencia.
Antes de esta orden, el monarca había pronunciado un discurso en Televisión Española en el que se posicionaba en contra del golpe militar que acabaría con la reciente vuelta de la democracia a España. Sin embargo, para ciertos politólogos o escritores como Javier Cercas el que fuese rey aquel día "hizo cosas que no debía haber hecho". Los documentos del Congreso dan fe de que Juan Carlos I fue el responsable de que el golpe se diluyese. Aunque hay una frase que le perseguirá siempre: "Ya no puedo volverme atrás", pronunciada ochos horas después del inicio del levantamiento.
Para Pablo Iglesias este hecho hizo que instituciones como la monarquía o los partidos políticos viesen reforzada su legitimidad ante la opinión pública. "Que el rey se presente como el defensor de la democracia parte más de la narrativa que de los hechos, dando lugar a interpretaciones sesgadas", dijo el líder de Podemos a Público en 2011.
2. 'El elefante blanco' y Felipe González
Aunque la teoria que culpabiliza al Rey es la más sonada, hay otra que tiene también mucho peso. El protagonista es Alfonso Armada y Coym, segundo jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra. Según se comenta, quiso aprovechar el Golpe de Estado para formar un gobierno en el que sería visto como un salvador y él sería el presidente. Así imitaría lo que había hecho el militar francés Charles de Gaulle, un cuarto de siglo antes. De Gaulle se convirtió en presidente de la V República francesa en 1958 tras un golpe de Estado llevado a cabo en Argel por parte de los militares franceses. Es decir, se convirtió en el salvador de la República y sus valores.
Armada siempre negó ser el 'Elefante blanco', el líder que esperaba a los sublevados para instaurar su propio gobierno con Felipe González como vicepresidente. Esta teoría se creó porque Armadas acudió por la noche al Congreso para hablar con Tejero, pero según contaba lo hizo para "intentar acabar con el secuestro".
3. La orden llegó desde Estados Unidos
Que Estados Unidos interrumpa en los países de todo el mundo para implantar a golpe de cañón su 'democracia' es más que sabido y consentido por todos. Así que no es de extrañar que este argmento también valiese para explicar el 23F. El periodista Alfredo Grimaldos escribió en 2006 un ensayo sobre el papel que jugó la CIA en el que hoy es el CNI español.
El periodista sostiene que los servicios de inteligencia norteamericanos sabían de las intenciones de los militares españoles, pero asegura que no les interesaba intervenir en el asunto a favor de los demócratas, es decir, Reagan no le tenía mucho aprecio a Adolfo Suárez. Y según Grimaldos mientras España estaba en vilo, los estadounidenses "dispusieron de su equipo bélico de las bases de Rota y Morón en alerta y la Sexta Flota se instaló frente a las playas de Valencia en misión de 'vigilancia mediterránea'". Es curioso que aún no se hayan explicado los motivos de estas maniobras.
4. Los sectores conservadores apoyaban el golpe
Entre tanta teoría se cree que el objetivo de Tejero y los suyos no era volver a un regimen militar, sino limitar el progreso democrático del país."Observando la postura de la banca y del capitalismo español, que tendían a la integración europea, parece difícil pensar que los sectores más conservadores pretendieran volver a una dictadura militar", aseguraba Pablo Iglesias.
Es decir, supuestamente los sectores conservadores apoyaron fervientemente la sublevación para que España no dejase de ser la que había sido durante los 40 años que duró la dictadura franquista y en los que disfrutaban de privilegios. "Lo que sí existía era un estado de opinión de sectores vinculados a las oligarquías del franquismo que tenían que ver con la Iglesia, con los militares o con sectores económicos que pudieron temer una pérdida de sus privilegios", aseguraba Iglesias.
De momento la versión oficial es la que dice que el golpe fue dado sólamente por los militares y quien lo solucionó fue el rey Juan Carlos I. Sin su intervención, se supone, hubiésemos vivido en otra dictadura militar presidida por Tejero. Pero juzguen ustedes mismos lo que ocurrió en realidad. Nosotros sólo les presentamos las distintas versiones, que pueden o no tomar en cuenta.