Todos hemos visto películas de Disney. Todos hemos reído con Baloo bailar por la selva junto a Mowgli y hemos llorado con la muerte de Mufasa en 'El Rey León' (lo siento, esto no es spoiler). La magia de Disney cubre todo el planeta, y sus historias son de sobra conocidas por millones de niños. Ojos inocentes que no ven nada más allá de magia, animales que hablan e historias con final feliz.
Desgraciadamente, cuando uno crece, todo eso cambia y se da cuenta de que la vida real no es como una peli de Disney... ¿O sí? No hay príncipes azules ni pájaros que cantan al despertarte, eso está claro, pero algunos personajes recurrentes en todas estas películas de animación sí que existen. Son los villanos. Jafar, Úrsula, Maléfica. Todos ellos están inspirados en personajes que (algunos más que otros) conocemos. Los villanos de Disney son gays y las villanas son drag queens. Eso es lo que afirma una loquísima teoría con cada vez más seguidores.
Pensémoslo. Todos los villanos tenían facciones físicas muy marcadas, con abundante maquillaje muy perfilado y contrastado (¡Hasta Jafar o Scar llevaban rímel!) y vestían con prendas dignas de cualquier pasarela de moda. Ese abrigo de Cruella De Vil solamente lo podría llevar puesto alguien que sabe de qué rollo va la moda. Además su actitud lo deja bastante claro. Son personajes con mucho carisma, mucha personalidad y con un toque algo afeminado, no mucho. Porque, bueno, son totalmente drags pero siguen siendo personajes de una película infantil. Que tampoco vamos a llenar nuestra pantalla de dibujos animados homosexuales, no vaya a ser que alguien ponga el grito en el cielo como ha ocurrido con la iniciativa de darle una novia a la princesa Elsa en la segunda parte de 'Frozen'.
Según esta teoría, los clásicos de Disney están repletos de personajes homosexuales y drags. A la mente nos vienen las parejas gays que pueden formar Baloo y Bagheera en 'El Libro de la Selva' o Timón y Pumba en 'El Rey León', pero también podemos encontrar a los villanos ya mencionados Scar o Jafar o incluso a Shere Khan de 'El Libro de la Selva', el Capitán Garfio de 'Peter Pan' y Hades, malvado de 'Hércules', que encajarían con la descripción manejada. Prácticamente todas las historias de Disney incluirían a un homosexual o una drag queen con planes malvados para acabar con el protagonista en cuestión. Los casos de "posibles villanos gays" son más obvios de identificar, por lo que decidimos repasar los casos en los que una villana de Disney ha estado protagonizada por una drag.
La Reina Malvada de Blancanieves
La reina malvada lleva un vestido morado, una capa, una corona y rímel hasta en el corazón. Por si fuera poco, se traviste de anciana como si fuera compañera de Arya en la Casa de las Mil Caras de 'Juego de Tronos'.
La madrastra de Cenicienta
La madrastra tiene una barbilla muy prominente, nariz aguileña, pendientes de perlas y unas cejas tan perfiladas que podría ser imagen de cualquier clínica de depilación. Totalmente drag.
Maléfica
Que no nos engañe Angelina Jolie. Maléfica es la drag más shady del universo Disney. Al igual que las otras villanas, tiene una barbilla MUY prominente, una nariz muy afilada, manos grandes y muchísimo maquillaje. A ver si lo que tenía era envidia de Aurora.
Cruella de Vil
Otra vez se repiten los mismos cánones pero esta vez en un personaje completamente obsesionado con la moda. Pelo original, joyas y últimas tendencias a la hora de vestir. Eso sí, lo de quedarse con la piel de cachorritos no nos cuadra mucho con la estética drag.
Úrsula
La villana de 'La Sirenita' es el ejemplo más claro de esta teoría. Varias fuentes relacionadas con la elaboración de la película han confirmado que el personaje está totalmente inspirado en Divine, posiblemente la travesti más conocida de la Historia y su físico no deja lugar a dudas. Una actitud muy de diva y exageradamente maquillada.
Esto puede hacernos cuestionar si en la compañía de dibujos tienen algún problema con los gays, pero estamos seguros de que no puesto que algunos de los creadores de estos personajes eran abiertamente homosexuales. Es el caso del animador Andreas Deja, responsable de Jafar o Scar, o del fallecido compositor Howard Ashman. Es bastante probable que la visibilización (encubierta al fin y al cabo por los años que eran) de estos personajes puede haber, incluso, ayudado en muy pequeña medida a su normalización. Nadie sería capaz de pensar que un animador abiertamente homosexual creara a Scar con una actitud algo afeminada adrede para equiparar lo gay como algo negativo. ¿Qué ocurrirá en la segunda parte de Frozen? ¿Se atraverá Disney a meter un personaje principal abiertamente homosexual? Tocará esperar a su estreno en 2018.
