Durante toda nuestra vida, llegan a nuestros oídos historias de muñecos poseídos. Por ejemplo, la historia de 'Pupa' una muñeca creada en 1920. Su dueña era una niña Italiana que le cedió un poco de pelo para cubrir la cabeza de su juguete y, al morir su dueño en 2005, sus allegados comenzaron a comentar que la muñeca estaba poseída. Decían que se movía dentro de la caja, cambiaba la expresión de la cara y la posición del cuerpo.
La historia de Anabelle es la más conocida en el mundo paranormal por su apariencia inocente y todo lo que encierra en ella. Estos hechos se popularizaron gracias a la película 'Anabelle' del director John Leonetti. En el filme se mostraba cómo Anabelle cambiaba continuamente de lugar y aparecían notas en el apartamento donde estaba con mensajes que ponían "ayudadme".
La protagonista de hoy tiene relación con la anterior historia. La muñeca llamada Okiku recuerda a la famosa historia de terror de Anabelle. El recorrido de Okiku comienza en 1918 en Japón cuando el hermano de la protagonista, también llamada Okiku, le trajo esta muñeca por sorpresa un día con la intención de alegrarla ya que estaba muy enferma y débil.
Okiku se emocionó nada más ver a la muñeca, que a partir de ahora se convertiría en su mejor amiga y con la que pasaría sus últimos días de vida. La dueña decidió llamar a su nueva muñeca igual que ella y, desde el primer día, se volvieron inseparables, una de las frases más utilizadas por la niña fue "seremos amigas eternas y jugaremis hasta el final". La enfermedad de Okiku empeoró y murió después de unos días en estado crítico.
A partir de ese momento Okiku, la muñeca, comienza a convertirse en el mayor problema de la familia. Sus padres quemaron el cuerpo de la pequeña junto a todas sus pertenencias, como es habitual en el país, pero se les olvidó incluir la muñeca. Un día el hermano se dio cuenta de que a la muñeca le estaba creciendo el pelo. Su primera reacción fue de terror, no entendían nada de lo que estaba ocurriendo pero intuyeron que el espíritu de su hija estaba ahora en el que fue su juguete favorito.
La muñeca ahora se encuentra en el templo de Mannenji
La familia se mudó en el año 1938 y decidieron llevar esta muñeca a un templo donde podrían encargarse de ella y cuidarla, puesto que para la familia seguía siendo un símbolo importante porque representaba aún el espíritu de su hija.
Los monjes se encargaron de cortarle el pelo todos los días y de ponerla en un sitito privilegiado dentro del templo. Algunos dicen que los labios se le están entreabriendo y sus ojos parecen ser reales. Muchos piensan que se trata de un suceso paranormal, aunque nunca se ha demostrato ninguna de las dos perspectivas.
Se han realizado varios experimentos para concluir qué es lo que pasa con esta muñeca y por qué le crece continuamente el pelo. Estas cuestiones siguen siendo un misterio sin resolver, todavía nadie tiene claro lo que está pasando con Okiku o si de verdad el espíritu de su antigua dueña sigue dentro de ella.
Sobre esta historia se ha hablado miles de veces, incluso algunos canales de Youtube la han compartido: