La llegada de Liz Truss a Downing Street ha levantado los peores temores de las personas trans en el Reino Unido. La nueva primera ministra es conocida por mantener una retórica distante con el colectivo, que ahora podría materializarse en sus intenciones de bloquear los planes de Escocia para permitir la autodeterminación de género.
Según publica el portal Vice, Truss estaría maniobrando para alargar los procedimientos del proyecto escocés que busca reconocer los derechos de las personas trans. Las organizaciones LGTBIQ+ han criticado los procedimientos que actualmente impone el Reino Unido al considerar que son lentos, intrusivos e injustos.
Mientras que Londres parece haber abandonado por el momento cualquier reforma en este sentido, Escocia sí parece implicarse en reconocer el género de las personas trans y su gobierno ha seguido hacia adelanto, publicando sus planes para "mejorar la vida de las personas trans".
Sin embargo, los activistas por los derechos de las personas LGTBIQ+ temen que todo el trabajo realizado en Escocia quede en papel mojado con la llegada de la nueva primera ministra.
La Oficina de Igualdad del Gobierno, que lidera todo el trabajo del Gobierno del Reino Unido relacionado con las personas LGTBIQ+, ha confirmado a Vice que el equipo de Truss está "buscando asesoramiento legal" y que están "trabajando con sus homólogos escoceses y otras partes interesadas" para explorar "cualquier implicación" en el proyecto de ley.
Se espera que la actual reforma escocesa se convierta en ley en marzo de 2023. Una vez se apruebe, las personas trans en Escocia podrían cambiar el "sexo legal" en su certificado de nacimiento, a partir de los 16 años, sin necesidad de un diagnóstico médico.
En la actualidad, cualquier persona trans en Reino Unido que busque el reconocimiento legal de su género debe superar los 18 años, superar evaluaciones médicas y entrevistas psiquiátricas. Además, las identidades no binarias no están reconocidas en el Reino Unido.
Reino Unido cuenta con uno de los procesos de reconocimiento de género más restrictivos de Europa, como resultado de la Ley de Reconocimiento de Género de 2004. En 2017 se prometió mejorar el proceso y se hicieron pequeños cambios en 2020, pero han sido criticados porque no han supuesto cambios reales para las personas trans.
En Escocia, sin embargo, se han continuado desarrollando avances para las personas trans. Cuatro de los cinco principales partidos políticos de este territorio han respaldado las reformas en este sentido.
Sin reconocer los derechos de las personas trans
Liz Truss es conocida por rechazar los derechos de las personas trans. El pasado 25 de agosto, participó en la campaña de liderazgo de TaktTV, donde la presidenta de Hustings, Julia Hartley-Brewer, conocida por su retórica tránsfoba, le preguntó directamente si una mujer trans era una mujer: ella respondió que "no".
En octubre de 2021 también rechazo las críticas al trato que reciben las personas trans en Reino Unido y afirmó que es "deshumanizante" que alguien sea "tratado como una mujer", pidiendo que todos sean vistos como "seres humanos individuales". Usar la palabra "mujer", afirmaba, es encasillar e impide un enfoque adecuado en "talentos, ideas y trabajo duro", afirmó. Estos comentarios se produjeron cuando ocupaba el cargo de ministra de Igualdad y con un informe del Consejo de Europa que denunciaba un incremento de los crímenes de odio vinculado al trato que dispensaba el Gobierno a este colectivo.
Dentro del Gobierno de Truss tampoco faltan quienes lanzan comentarios contra el colectivo. Por ejemplo, la parlamentaria Stella Braverman, ascendida a ministra del Interior por Truss, quien ha descrito a los jóvenes trans como un "contagio social" y ha añadido, sin ninguna prueba, que los maestros temen una "toma de poder" de los derechos trans en las escuelas.