Las próximas elecciones autonómicas, locales y europeas supondrán un duro golpe para un Partido Popular que se encuentra en caída libre. Su descalabro en el Parlament (pasan al grupo mixto con cuatro diputados), ha provocado que Ciudadanos pesque en su electorado fundamental: el centro-derecha.
La formación de Albert Rivera ha experimentado una subida expectacular durante los últimos meses, pasando de cuarta a primera fuerza política en gran parte de las encuestas. En un contexto muy volátil, el hecho de que Cataluña continúe en el centro del debate político es la mejor baza para que la formación de Rivera siga fuerte.
Estos hechos han encendido las alarmas en Génova, 13. Tras la fuerte pérdida de poder autonómico y local en 2015, los populares temen que la situación continúe e, incluso, se agrave en ciertas comunidades.
Una de las mayores amenazas se presenta en Andalucía. Las últimas encuestas encargadas por la Junta presagian que Ciudadanos quedará como segunda fuerza y el PP como tercera. Se trata de pasar a la irrelevancia en un territorio de más de ocho millones de personas.
Por otro lado, el PP podría perder grandes plazas locales, incluso Málaga, la ciudad más grande que ahora controla el Partido Popular en toda España. El alcalde, Francisco de la Torre (con buena valoración entre los vecinos) ya ha anunciado su intención de concurrir en los próximos comicios a sus 75 años; aunque gran parte de sus compañeros no seguirán esa misma vía.
El PP-A sabe que en muchas corporaciones se imitará el modelo de pactos de Susana Díaz, es decir, que Ciudadanos apoyará al PSOE. Por ello, algunos históricos del partido como Teófila Martínez (Cádiz) serán relevados por nuevas caras. También se apostará fuertemente por otras ciudades como Algeciras, Almería o Marbella, importantes plazas para el PP.
En cuanto al resto de autonomías, destaca Madrid con un previsible Pablo Casado como candidato y Valencia, con Esteban González Pons. El eurodiputado muestra reticencias, puesto que debería abandonar Bruselas por un cargo por el que pasará a la oposición; pero en la cúpula de Génova se está trabajando para convencerle.
¿Por qué Andalucía tiene tanta importancia?
Si destacamos Andalucía, es porque servirá de termómetro electoral ante las posteriores autonómicas, municipales y europeas. La intención de Susana Díaz pasa por adelantar los comicios, algo que no apoya el Comité Federal, pero que garantizaría su victoria y la subida de un Ciudadanos sobre el que mantener estabilidad en su gobierno.
Si el PP quedase en mala posición en el Parlamento andaluz, los electores podrían comprobar que el descalabro de Cataluña no fue momentáneo ni extraordinario. Se extiende y amenaza otras plazas.
Entre otras, por ejemplo, Madrid. Cifuentes ha sido señalada por la UCO de la Guardia Civil, Francisco Granados e Ignacio González. Si a ello se suma que el PP podría perder su condición de voto útil en el centro-derecha a favor de Ciudadanos... imaginen el resto.
Políticas para recuperar el electorado: ¿Y Rajoy?
Desde la formación de Mariano Rajoy, no se olvida que gobiernan en cinco autonomías y, sobre todo, en La Moncloa. Por ello, gran parte de su equipo ha urgido al Gobierno a aprobar inmediatamente algunas leyes que permitan recuperar al electorado descontento que vota a Ciudadanos.
El PP mantiene a su electorado más fiel en la franja superior a los 55 años. En este sentido, se plantea una necesaria reforma del sistema de pensiones que garantice la subsistencia de las personas mayores. ¿Vía presupuestos? Sería la vía más eficaz ante la dificultad que mantiene el modelo de cotizaciones.
Por otro lado, también se ha planteado seriamente la equiparación salarial de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado con las Policías autonómicas. Se trata de una reivindicación muy potente y que cuenta con el apoyo de Ciudadanos.
En algunos sectores del PP, además, se comienza a plantear la sucesión de Mariano Rajoy. Consideran que su perfil más tecnocrático que ideológico (al estilo de José María Aznar) aleja al electorado fiel, aunque la batalla por la sucesión se mantiene bloqueada a la espera de los resultados de las mencionadas elecciones. Por tanto, una posible debacle podría derivar en un nuevo candidato para las próximas generales.
Estas son las peticiones de los sectores del PP que consideran que la batalla contra Ciudadanos se debe centrar en medidas concretas y no solo en gestos. Lo que sucederá en los próximos comicios es una auténtica incógnita, pero los populares tienen la intención de ordenar encuestas para evitar un susto en las próximas elecciones.