La victoria de Donald Trump ha generado multitud de reacciones. Desde Rusia, el presidente Vladímir Putin ha descrito al vencedor en los comicios como un "hombre valiente" y algunos altos cargos de su Administración también han aplaudido su ascenso a la Casa Blanca, incluyendo a la portavoz del Kremlin, Maria Zajarova, que ha destacado de él su "amor a su país y el no odio a los demás" o el ex presidente Dmitri Medvédev, que ha destacado su predisposición a abandonar la ayuda a Ucrania.
El presidente electo de Estados Unidos ha vuelto a la actualidad en el país después de que el programa '60 minutes', de la televisión estatal Rusia-1, haya hablado de su victoria y aprovechado para recuperar una sesión de fotos con la primera dama, Melania Trump, que realizó en 2000 para la revista GQ.
"Ahora que el marido de Melania Trump finalmente ganó, ella se está preparando para regresar a la Casa Blanca por segunda vez", afirma el presentador del espacio, Yevgeny Popov, al mostrar las imágenes. "La futura primera dama está tumbada sobre pieles. Dentro de la revista, hay fotos sexys de Melania en un avión privado", prosigue.
https://t.co/q64ciPIEvf
This is Russia's state-run media airing salacious pictures of the future First Lady, Melania Trump.
This is Putin letting Trump know that he is in charge.
Watch as Trump rolls over.— Silvano (@Silvano29360) November 10, 2024
"En una de las fotos, la modelo va en ropa interior y está tumbada encima de una alfombra azul con el emblema de Estados Unidos, como si los editores de esta revista masculina previeran el futuro de la modelo", afirma el presentador.
Una "advertencia"
La emisión de estas imágenes se ha interpretado como un aviso de Rusia a Donald Trump ante las incógnitas que se abren en su presidencia, como el apoyo que otorgará a la OTAN o si mantendrá el apoyo militar a Ucrania en plena invasión de sus tropas.
"Putin intenta demostrar a Trump quién está al mando", ha opinado en redes sociales el comentarista político Brian Krassenstein.
Precisamente este reportaje ha generado fuerte controversia en algunos sectores en Estados Unidos, al considerar que Rusia está lanzando un disparo de advertencia y supone una demostración del poder que puede ejercer Putin sobre el nuevo presidente de Estados Unidos.
El vencedor en estos comicios ganó la presidencia de Estados Unidos en 2016, en buena medida, gracias a la injerencia rusa que desarrolló el Kremlin en redes sociales. Una práctica que se consideró entonces como el mayor gol que Moscú metió en la portería de Washington desde la Guerra Fría.